Reportaje de Gonzalo Bueno
Viajar al Volcán/Nevado del Ruiz por la vía de Murillo es siempre un programa delicioso y encantador para cada uno de nosotros. Sinceramente creo que todos los colombianos debemos ir allá por lo menos una vez en la vida, pues crece en nuestro interior la sensación de querer mas y mas al país.
Imaginen esta situación: Salir temprano desde Bogotá (8°C / 2.460 msnm) y en pocas horas, en muy pocos kilómetros, llegar a Cambao (35°C / 254 msnm); a continuación recorrer el tramo de extensos cultivos agrícolas del Valle del Magdalena, pasando por el extinto Armero; posteriormente llegar las cumbres de los Andes en el Ruiz, (4°C / 4.230 msnm). Es la oportunidad mas grande para observar la variedad de paisajes, los diferentes climas, los cambios abruptos de vegetación que ofrece nuestro país, que sin lugar a dudas son abrumadores. Y ésta sensación placentera y embriagadora de naturaleza que nos produce a los colombianos, (de alguna manera acostumbrados a nuestra geografía) se multiplica con creces en los extranjeros cuando nos visitan y tenemos la ventura de llevarlos a conocer nuestros campos.

Ese es precisamente el tema de ésta crónica. Desde Octubre del año anterior comenzamos a planear la aventura de traer un grupo de motociclistas americanos(USA) para recorrer, por caminos secundarios, parte del Parque Nacional de los Nevados, entrando por el Tolima y Caldas como indicamos arriba, para retornar después a la capital por la vía Salento e Ibagué. Para ésto, tuvimos que desarrollar una logística grande, fungiendo de «operadores turísticos» que no es precisamente nuestra actividad. Comenzando por la difícil tarea de alquilar 14 motocicletas en diferentes lugares, recogerlas previamente y tenerlas listas… No fue tarea fácil, ya que una de las compañías que habíamos contactado nos quedó mal faltando SOLO 8 días para la largada. Afortunadamente, gracias a los amigos y conocidos fuimos consiguiendo en el medio local las que iban faltando y organizamos una red de «alquiladores» que nos apoyó y nos permitió hacer ésta travesía con éxito. En primer lugar, debo expresar muchas gracias a DUCATI/COLWAGEN, que nos facilitó una MTS Enduro, gratuita, prestada, como apoyo a la Embajadora. Igualmente queremos expresar nuestros agradecimientos a Elephant-Moto, en cabeza de Mauricio Escobar, excelente y recomendada compañía de alquiler y tours con quienes contratamos varias BMW, a Motorrad Center Bogotá, en cabeza de Santiago Delgado, quienes nos suministraron una Kawasaki KLR, a Royal Enfield que nos rentó dos Himalayas, a Motos & Servitecas, Edgar Gómez, quien con Arturo Posada y Manuel Clavijo nos alquilaron sus motos personales, a Francisco Santiesteban por el apoyo que nos dió facilitando la camioneta acompañante que llevaba los suministros de comida e hidratación, facilita la carga de equipaje que no se quiere llevar en la moto, pero al mismo tiempo brinda la seguridad en cualquier posible percance.

Claramente, eso no fue lo único: al recibir los visitantes hubo también servicio de transporte desde el aeropuerto, reservas hoteleras en Bogotá y en las distintas zonas a visitar, planes turísticos en la capital para los que se adelantaron unos días queriendo aprovechar el viaje, etc, etc. Otros continuaron a la costa atlántica, Cartagena, el Tayrona y Palomino. Con toda ésta logística apoyamos a nuestros visitantes y salimos bien librados. Realmente logramos toda una organización de viaje eco-turístico en moto, gracias a la colaboración y participación de toda la familia como empresa !!

El Sábado 18 de Feb/2017 salimos temprano a buscar nuestras carreteras secundarias. Bajamos al Magdalena por la ruta de Cambao y realizamos la visita de rigor a Armero, contándoles a nuestros visitantes la historia trágica que acabó con el pueblo, pues la misma está estrechamente relacionada con el destino del primer día, el Volcán-Nevado del Ruiz. En el camino se aprecian con escalofriante realismo los vestigios por donde pasó la avalancha, se ven claramente los caminos de piedras en la parte alta del páramo.

Almorzamos en Líbano, en el Hotel Pantágora, y en la tarde subimos la cordillera. Nuevamente, debo confesarlo con mucha pena, el Ruiz se mostró displicente conmigo (peor aún, con la visita que le llevamos) y no se dejó ver en su esplendor, tal vez por la hora tardía. Es un espectáculo que no siempre está disponible. La mayor parte del tiempo está nublado y eso me produce una frustración muy grande. Curiosamente, en pocos meses la misma frustración me reta a volver a intentarlo. Pasamos por Murillo como a las 5 de la tarde.

Así las cosas, las condiciones del terreno se fueron poniendo mas y mas difíciles, bajamos mucho el ritmo de viaje y nos llegó la noche con una neblina espesa. Llegamos al hotel como a las 8 de la noche y observamos las reacciones mas diversas. Algunos pilotos estaban absolutamente extasiados con toda la aventura y se la estaban gozando al 100%. Otros, en particular «otras», llegaron a sentir mucho miedo al final del día, por todas las condiciones descritas arriba y seguramente con otros miedos generados por cuentos de inseguridad, guerrilla, etc. que por allá no se ve….

El Hotel Termales del Ruiz, clavado en las montañas sobre el camino viejo que baja a Manizales es acogedor y tiene su encanto. Por un lado la piscina de aguas azufradas, que brindan un merecido descanso a la jornada. En la noche, un aguardiente en esas aguas calientes reconforta el espíritu. Y por otro lado, tienen un espectacular comedor o «comedero-alimentador» de colibríes que permite a los turistas interactuar con ellos. Van llegando a buscar el agua-azúcar por montones. Diferentes familias de esta especie pueden observarse en este hotel…

El segundo día amaneció muy despejado. A pesar de estar mas cerca de la cumbre del nevado, los montes circundantes en el lado occidental no permiten tampoco verlo!! Intentamos retornar sobre nuestros pasos de la noche anterior sin resultados positivos. Apenas se visualiza la columna de humo o fumarola que despide permanentemente.

Decidimos por tanto continuar nuestra ruta por la Zona Cafetera, con destino a Salento. Una parte del grupo tomó la Autopista del Café, carretera asfaltada y de doble carril, mientra otros continuamos buscando caminos alternos y carreteras secundarias destapadas hasta Chinchiná, antes del destino final. Nos quedamos en un par de casas típicas de Salento, rurales y con mucho sabor. En la noche, con la cena hubo un buen ensayo de lo que es jugar tejo!

Vinieron de los Estados Unidos, Melda Senturk, Esteban Jaramillo, Tim Jonas, Erik Jutras & Sarah Wohl, Leyla Hujer, Neil Cuslidge & Leeanne, Jen Cullen, Erica Steimetz, David Osberg, Chris Brum, Adrienne VanSchoonhoven, Brad Maynard, Don Wilke y Mateo Bueno. Residentes en Colombia fuimos, Rafael y Pablo Jose Ibarra, Lucas Nieto, Francisco Santiesteban, Catalina y Maria Jose Bueno y este cronista.

En el tercer día volvimos a ofrecer la posibilidad de tomar asfalto hasta Ibagué, pero solo unos pocos, cansados del barro y del polvo, retornaron por La Línea. Les explicamos mucho que éste trayecto, entre Salento y Toche es de lo mejor que se puede ver en Colombia y paga con creces el esfuerzo que se haga en los caminos de tierra. Los bosques de palma de cera y la profunda inmensidad de las montañas es un espectáculo !!

Una experiencia de vida nos marcó fuertemente en ésta etapa del viaje.
La calidad humana de uno de nuestros compañeros de viaje, Don Wilke. Habíamos observado que el gringo traía en su equipaje de moto (siempre tan limitado, por obvias razones) 20 carritos de colección (los famosos «Hot Wheels»), a cada uno de los cuales había introducido un billete de USD$1….
Nos hizo pensar mucho en como deben ser nuestras salidas y como podemos dejar una «marca», un recuerdo, una «buena impresión» del paso de esos motociclistas por acá….

Con su barba cana y su porte de 1,90 mts este mecánico de profesión iba repartiendo silenciosamente éstos regalos, cual Santa Claus, entre los niños que siempre se nos acercan en todos los viajes a mirar las motos y los viajeros. Y en este tramo, entre Salento y Toche hay una casa muy bonita y colorida al borde del camino, una escuela rural. Son 16 alumnos de diversas edades y niveles y un maestro dedicado. Don paró a «conversar» con ellos, con señas y la ayuda de algunas traducciones se fue enterando de la vida del maestro (25 años) quien pernocta en la escuela de lunes a viernes, por tener su casa de familia muy lejos solo los visita el fin de semana. Se enteró como llegan los niños todos los días, unos caminando largo desde sus fincas, tres hermanos en un caballo, otros dos en una mula y otros mas que el recoge a diario en su propia moto. Historias comunes y recurrentes para nosotros, pero que Don supo explorarla, descubrirla y vivirla con intensidad, al conocer de primera mano la narración de los protagonistas, niños y profesor.
Se despidió dejando una donación de USD$100 al maestro para la escuela, con una sonrisa grande al oir a uno de los niños preguntar si eso alcanzaría para comprar un balón de fútbol !!

En Toche tomamos la decisión de acortar la etapa en offroad de 120 a 80 kms, tomando la alternativa que ofrece una salida a Cajamarca. Almorzamos en el famoso Puerto Madero, restaurante de carnes exquisitas en Ibagué y continuamos a la capital con el delicioso cansancio de tres jornadas espectaculares. Como es de suponer, no se pudo evitar llegar tarde en la noche; cerca de las 10:00 PM estábamos devolviendo motos en Elephant y algunos de estos osados viajeros tenía que estar en el aeropuerto El Dorado a las 3 o 4 de la madrugada…

A pesar de todo, a pesar del cansancio, a pesar del «garrote» que les dimos para realizar en tres días esta aventura, hemos recibido muchos mensajes de agradecimiento que nos animan a seguir intentando mostrar el país como nos gusta: montando en moto!!
Gracias Gonza, como siempre excelente crónica y magníficos recuerdos! Un abrazo, Rafael
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Qué bonita narración, se ve que le gustó mucho este paseo, me hubiera encantado acompañarlo, tal vez en una próxima? No conozco los Nevados y eso no está bien, hay que ponerle remedio, un saludo motero!
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Gonzalo y sus queridos asistentes…..( o mejor dicho hijo, hijas y novios de las hijas que apoyaron esta aventura…) felicitaciones por sacar adelante ese agradable paseo. Logística complicada, complacer a los extranjeros, cero incidentes y accidentes……en fin toda una empresa bien montada. Tuve el gusto de conocer algunos de los participantes, en particular el que manejo mi moto, de quien tengo un gran concepto, bien cuidadita, etc. El video del colibrí es sensacional. Bueno no se trata de echarle flores, simplemente reconocer que se logro una meta muy alta. Saludos, Arturo
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