Reportaje de Gonzalo Bueno
El pasado domingo, 23 de Agosto, tuvo lugar la Segunda Salida Oficial Ducati. El destino escogido: CAPARRAPÍ, al occidente de Cundinamarca. Un recorrido total de 350 kms aproximadamente, con dos rutas predefinidas que permitían a los participantes escoger si se arriesgaban a hacer unos tramos destapados ó si preferían realizar todo el recorrido por asfalto.
Dada las características de la mayor parte de los modelos Ducati en el mercado, Monster y Panigali, un buen número de los 74 pre-inscritos escogieron la ruta asfaltada, que salía por La Vega a Villeta. Despues de un suculento desayuno ofrecido por la marca en El Chorizo de alguien, continuaron a Guaduas y desde ahí a Caparrapí. Notamos al salir que algunos de los que se inscribieron se arrepintieron o no pudieron llegar, pero afortunadamente fueron muy pocos. Por otro lado, un pequeño grupo de 5 motos se devolvió en Villeta, por diferentes motivos. Sabemos que las motos tipo «superbike» realmente NO son las mas cómodas para este tipo de salidas y los pilotos y sus acompañantes se cansan mas. Pero, afortunadamente, vemos que el entusiasmo general por las salidas organizadas por la marca se mantiene. Mas de 50 motos continuaron en rodada por el asfalto, gozando con sus máquinas una pequeña porción de la Ruta del Sol, solo 36 kms, para finalmente encontrar una ruta nueva y desconocida por casi todos: los 18 kms de subida desde el Dindal a la meta propuesta, Caparrapí. Es un espectáculo de carretera, poco transitada, de muchas curvas, algo angosta, pero recientemente asfaltada y pintada, que la hace excelente para satisfacer el gusto por «curvear» en moto.

Por la ruta off-road, algo mas agreste, salimos 12 motos, modelos Multistrada y Scrambler. Iniciamos el recorrido por la vía de Zipaquirá a Pacho. En el Hotel California, de esta población, Ducati nos tenía tambien un desayuno reforzado, muy apropiado para el camino que nos quedaba por delante, pues de Pacho a La Palma la carretera es intermitente, con muchos tramos destapados y un asfalto en regular estado. Al llegar a La Palma, faltando tan solo un kilómetro o dos, nos sorprendió un aguacero tropical muy fuerte de escasos minutos de duración, pero suficiente como para mojarnos hasta los huesos. Cuando llegamos a la plaza, para una parada corta de hidratación y reagrupamiento, ya había escampado…

Así son nuestras salidas generalmente en Colombia: la lluvia y su intensidad son imprevisibles!! Uno acaba siempre mojado, ya sea por no ponerse el famoso traje, o bien por ponerse un vestido impermeable puesto a las carreras, que no nos deja transpirar , para finalmente aceptar que nunca se desató el aguacero que teníamos previsto. Quedamos pues «forrados», en un clima de 38 grados a la sombra, sudando como locos en sauna. Tomar la decisión correcta en cada caso siempre es una lotería…
En la plaza quería investigar un poco mas con los locales sobre una historia muy simpática que me ronda en la cabeza desde la primera vez que pasé por La Palma. En esa primera ocasión me contaron que la virgen milagrosa que tienen en la iglesia había sido secuestrada (o «robada» si se puede decir así), pues originalmente iba para otro lado. En esta oportunidad conseguí establecer un contacto con una monja que vivió muchos años allá. Ella me asegura que lo que sucedió fue mas o menos así: Como es bien conocido, en la época colonial los pianos, las mesas, sofás, cómodas y los muebles en general, asi como también las estatuas, cuadros o figuras de los santos que se traían de España, los subían a lomo de mula desde el río Magdalena. Hacia 1.605 las iglesias de Chaguaní y La Palma tenían encargos simultáneos hechos a la Corona Española, de algunos unos iconos religiosos para sus respectivas parroquias. Todo parece indicar que la Corona española y las autoridades eclesiásticas autorizaron mandar una imagen de San Roque para La Palma y la Virgen de la Asunción para Chaguaní.
Pero las cajas se embolataron y trocaron sus destinos, de tal suerte que los palmeros recibieron y quedaron felices con su virgencita, pero en Chaguaní no estaban tan contentos pues no querían ese San Roque por elegante que fuera… Y entraron en pleito !! Cartas, protestas, emisarios. La disputa duró 7 años. Los palmeros llegaron a alegar que curiosamente, como por un «milagro», era imposible bajar la virgen del altar que ellos le habían construido, porque se hizo demasiado pesada y era imposible moverla. Finalmente, las autoridades civiles y eclesiásticas, desde España, acabaron la pelotera con uno de esos famosos «Deje así !!» que cierra cualquier controversia a la brava y no permite revirar. ( Parece que desde entonces es tradicional y viene haciendo escuela en Colombia esa forma de dirimir pleitos y acabar discusiones). Sin embargo, los habitantes de La Palma emocionados con su triunfo, se olvidaron de sus propios argumentos, bajaron la virgen que antes no se movía por estar muy pesada y le hicieron una procesión majestuosa por las calles del pueblo. Así las cosas, comenzaron, desde 1.615, una tradición que se sostiene y se repite cada 7 años conservándose hasta hoy.

Claro está que no faltaron los milagros posteriores, pues según otros historiadores o cuenta-historias populares, en los años 1700 los indios Colimas y el cacique Itoco querían sacar a los españoles de sus territorios. Cuentan que estos indígenas aburridos con la explotación y el trato español, cercaron el pueblo y lo iban a incendiar, pero el cura convocó a toda la comunidad en la iglesia, con repiques firmes y constantes de campana; finalmente salieron todos con la virgen en procesión y «milagrosamente» los indígenas desistieron del ataque al ver al pueblo tan unido y decidido. Otra historia mas reciente indica que a principios del siglo XlX una epidemia de viruela estaba acabando con la población y solo cuando en el desespero final hacen una nueva procesión es que consiguen el «milagro» de superar esta crisis. Estas anécdotas incrementaron la fé del pueblo en su patrona y no le faltaron tierras y ganado que los campesinos donaban a la virgen para el cura administrara. Fue de las mas ricas imágenes de la época, con dos coronas de oro macizo y vestidos con trocados de plata y oro para lucir en las ya famosas procesiones.
En fin, volviendo a nuestro cuento, empapados, pero sin lluvia y comenzando a secarnos con el calor, continuamos a nuestro punto de encuentro con los moteros que venían por pavimento. Nos quedaban aun 20 kms mas de destapado. En el camino, nos sorprendieron unos lugareños, con un accidente muy particular. Llevaban una vaca en un rústico remolque, el cual se soltó del enganche por los desniveles del camino y dio una voltereta dejando la vaca en el piso. Pretendían ellos subirla de nuevo «a pulso» y por eso nos solicitaron ayuda. Con casco y con guantes, por aquello de la seguridad pues la vaca estaba maltratada y furiosa, los ducatistas entramos en el mundo rural del manipuleo de ganado. Y colocamos de nuevo la vaca en su transporte !!
El encuentro en Caparrapí de los dos grupos se dio en los horarios previstos. Inundamos literalmente el pueblo con nuestras motos. Muchas de ellas son bien ruidosas, motivo por el cual todos los habitantes estaban enterados de nuestra visita y pasaron por la plaza para ver de que se trataba esa alharaca. Tras un corto descanso, los dos grupos reunidos de nuevo, esto es, sesenta y pico de motos, salimos juntos a nuestro viaje de regreso. Hicimos una parada adicional, donde recibimos una última atención de Ducati al final del día. Esta vez en el Restaurante Juanito, en Villeta, luego de la cual regresamos todos a Bogotá, cruzándonos en distintos puntos del camino y con la agradable sensación de haber participado en la organización de una excelente salida conjunta, sin inconveniente alguno que reportar.
EXCELENTE VIDEO QUE BUENA RODADA,
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Excelente reportaje, no conocía la travesía que habían tenido los de off road, aprendieron historia y de paso ayudaron a la comunidad ,
Gracias por compartir estos buenos momentos
Saludos
R.S
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