Enero 2 de Neltume a San Martin de los Andes

Reportaje de Esteban Sosnitsky

Despues de un excelente y rápido desayuno salimos por el camino de ripio entre la neblina a tomar la barcaza que sale 8:00 am. La noche estuvo buena, dormimos bien, y aunque hacía frío el calor de la madera y el abrigo apaciguaron la temperatura, nos ha ido bien en todos los hoteles, hostales, hospederias, hosterías, cabañas etc en las que nos hemos quedado. Limpias todas por lo menos. En Neltume, no habia mucha certeza de cuan cerca o lejos de Puerto Fuy estábamos, la noche anterior nos dijeron que el chico se demoraba 5 minutos en bicicleta, pero parece que el man era Lance Armstrong porque le dimos como 20 y no llegamos (en moto). Pasamos frente a un lindo hotel, que se llama «Montaña Mágica», el cual habia visto como opción en la planeación del viaje, y una vez uno se deja llevar por el encantamiento del destino se le olvida. Para los interesados, se los recomiendo busquenlo por Google, esta en un lugar increible. Afuera, además, habia un señor mayor con una barba blanca poblada que salió a respirar el aire fresco matutino, parecia suiza y ya eran las 6:45am. Llegamos mas o menos puntuales a Puerto Fuy tipo 7:10, tanto asi que ya la barcaza se encontraba allí en puerto, pero el café/boleteria del lugar estaba aun cerrada. A pesar que nos habian dicho de estar alli una hora antes SI o SI. Esperamos un rato tomando fotos mientras la gente empezaba a llegar en sus autos. Al cabo de un rato vemos que la gente entra a la cabaña y a pesar que nadie avisó entramos a pagar nuestro boleto. Entregamos nuestros ultimos billetes chilenos recién remodelados, muy bonitos de diseño, y procedimos a subir a la barcaza/ferry. La subida estuvo breve, nada que ver con Bolivia, esto es el primer mundo. Nos parqueamos frente a la compuerta mientras veiamos que compartiamos el trayecto con una gran familia de europeos incluyendo el barbudo de Montaña Mágica, un camion utilitario y dos familias argentinas. Lo logramos, estabamos a tiempo para cruzar el lago Pirehueico. Estaba muy nublado, habia llovido torrencialmente la noche anterior, y el camino de ripio por el cual veniamos nos lo indicaba. Sin embargo todo es parte del paseo y eso es lo lindo de viajar, uno puede pasar por el mismo sitio 100 veces y cada vez será y se sentirá diferente. Un ciclo de conocimiento empírico infinito. El trayecto fue sensacional. La barcaza esta muy bien equipada, tiene su café a bordo, la gente es muy cordial, hay cabina climatizada, y uno puede merodear por donde quiera. Hasta en la sala de mando donde se encuentra el capitan, quien después de opinar sobre lo que hay que hacer con las Farc y las cárceles en Colombia nos incitó a salir corriendo de la zona de mando. El paisaje me hizo acordar mucho de Alaska y sus terrenos inexplorados, no hay caminos por allí, solo se accede por agua. Las montañas son super tupidas y el paisaje es bien agreste. Playitas vírgenes incitan a la aventura en un lago fronterizo. Salimos a disfrutar del aire tan puro que allí se respira;  mientras cruzamos una parte de la cordillera en barco, recibir el viento en la cara es toda una experiencia, sino que lo digan Di Caprio y Winslet. Este trayecto nos dio tiempo de reflexionar y filosofar sobre la aventura, ver alli las motos parqueadas, tan nobles bestias mecánicas que nos trajeron hasta aquí, el disfrutar desde otra óptica el paisaje, compartir con la gente del barco y todas esas trivialidades adquieren una importancia mayor cuando piensa uno como llegó hasta allí. Se refuerza la frase de, no es el destino sino el trayecto lo que le da vida a estos viajes. El lago Pirehueico tiene forma de L. Por lo que en todo el camino hay un solo giro a 90 grados para ir al sur, el sol se asoma a ratos dejandonos ver otra cara del mismo paisaje. Llegamos al final del trayecto, a Puerto Pirehueico, donde un nuevo ripio nos esperaba. Bajamos, tomamos unas fotos y continuamos hacia Argentina. El camino pasa por el pueblo de los carabineros de Chile y nos lleva hasta una oficina donde el camino se interrumpe con una barrera, ya en Hua Hum. Estabamos dejando Chile y alli se encuentra la oficina de aduana e inmigración. Nos bajamos de la moto y mientras caminaba hacia la oficina alistando la libreta de paso por aduana y el pasaporte me entró un cosquilleo en el estómago que fue subiendo por el pecho y se atoró en la garganta. Camila me preguntó que qué me pasaba, pero el nudo que tenia en la garganta no me dejó hablar. Le di un abrazo y dejé que el agua que brotaba por mis ojos cerrados destrabara esa mezcla de sentimientos que por alguna razón inexplicable cierran el paso bucofaríngeo. La emoción, la nostalgia, la felicidad, la tristeza, la gratificación, el ensueño, el miedo, la ira, fueron mermando ópticamente mientras recuperaba una cara mas “seria” para confrontar los señores de los  trámites aduaneros. De la misma forma en que traté de quitarle drama al asunto el dia anterior a Tonny con su discurso volcánico, hoy en sus zapatos no encontraba fuerza ni tan siquiera para hablar. Seguramente para cada uno la pasada por alli significaba algo diferente. Tonny no va ni por el 40% de su viaje, y esta es preocupado porque no se le llene la libreta de paso, Julio que se le mide a todo y no hace sino decir que todo es una putería, Andrea creo que estaba un poco disgustada con el ripio y quería era encontrar pavimento pronto, no dimensionan lo que significa este paso para mi. Estar allí, en ese lugar, acompañado de esta gente, era simplemente increíble. Nunca podría haber planeado algo tan perfecto y aun ahora no lo podia creer. Son de esos pocos momentos en la vida en que uno siente una felicidad profunda, que no quiere dejar ir, una vaina en la que lo físico entra en sincronía con lo emocional y la mezcla de sensación y sentimiento es simplemente perfecta y se traduce en felicidad. Uno debería hacer esto mas seguido. Todo pasa muy rápido y uno quisiera que se mantenga y retenerlo, detener el tiempo y quedarse sintiendo eso, pero como el agua en las manos, se te escapa entre los dedos. Con las manos secas, entramos a la oficina. Sellamos nuestros pasaportes, entregamos las formalidades aduaneras, convencimos al oficial de aduana que nos selle el tríptico de la moto y volvimos a las motos. Nos abrieron la barrera mientras detrás nuestro, un mercedes y una mini van llena de suizos entraba a hacer lo propio. Cruzamos la barrera y llegamos a lo que pensábamos iba a ser nuestra última bienvenida, pero no. Un a secas: Republica Argentina de un tamaño irrisorio fue suficiente para tirar un cable a tierra y marcarnos lo que seria nuestra última frontera en moto. Tomamos la foto y seguimos. Llegamos a la barrera del lado Argentino, donde un gendarme (ya no carabinero) nos recibe los pasaportes y se los lleva a un cuartito, vuelve al rato y luego le pone un sello. El cuartito misterioso no tenemos ni idea para qué es. Seguimos a la siguiente parte del proceso, la aduana. Allí una señora bajita y “menudita” sentada al lado del doble de John Travolta en grease, nos recibe los papeles. Al cabo de un intercambio técnico de palabras, la gente afloja y empiezan a charlar un poco mas informalmente. Al cabo de un rato ya somos amigos de Travolta, al cual le comentamos que muy curioso que a la entrada de Argentina no hay ningun cartel de: Bienvenidos a la República Argentina, como si lo hubo en Ecuador, Perú, Bolivia y Chile, a lo que el tipo de camisa blanca ajustada, ojos claros y sonrisa Tarantinesca nos responde: Es que aquí, nadie es bienvenido! Y se cagó de risa. El Travolta porteño resultó todo un personaje. Nos ilusionó vilmente comentando que la ruta 40 esta toda pavimentada e hizo del trámite algo llevadero. Cuando pasó Tonny, la duende al lado de Travolta mira el pasaporte, lo mira a Tonny, mira a Travolta se caga de risa y le dice en la cara: Mirá cómo se llama? Travolta: Tonny!?!?!?!? Duende: Siii Travolta y Duende: JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ Tony!!! JAJAJAJAJAJ snif snif se limpian las lagrimas de risa lo miran y le dicen: Que vehiculo entra sr Tonny? En fin, después de la soberbia aduanera seguimos por fin camino. Seguimos por un camino de ripio un poco mas terroso y menos pedroso, que conduce de Hua Hum a San Martin de los Altos, como dice Tonny. Ahí nos empezó a lloviznar un poco lo que nos bajó un poco el ritmo, sin embargo estamos super bien de tiempo ya que queríamos llegar en realidad a conocer algo de SMDLA y no seguir derecho. Llegamos sin complicaciones, después de pasar unos paisajes que no lograria nunca describir, al famoso pueblo que nos da la bienvenida con el ACA  y las YPF. Pasamos la plaza Sarmiento hasta llegar a la plaza del prócer que le da nombre a este pueblo. Nos metimos en un café ya que se venía el agua y decidimos almorzar algo mientras escampaba. Al cabo de un rato llovía a cántaros, las calles se inundaron y comimos una milanesa bastante mala en el primer café con wifi que encontramos. No se si fue la madrugada o que pero estabamos todos achicopalados, yo en especial por mi expresiva despedida de Chile tenia los ojos hinchados y maltrechos. Julio como siempre se quedo dormido ipso facto, a Tonny le costó un poco mas, mientras Camila y Andrea pasaron por la oficina de turismo que quedaba al lado a averiguar por la hoteleria del lugar. Sigue lloviendo, salimos a ponernos los impermeables con ganas de ir a un hotel. Sigue lloviendo y decidimos ir a uno que salia en el mapa, la hostería Posta del Cazador. Entramos con la lluvia a la cochera, descargamos y nos instalamos. Sigue lloviendo así que nos dejamos llevar por un sueñito. A la mitad del sueño, siento que Camila me empuja de manera rítmica, no la entiendo bien. Me empuja cada vez con mas fuerza en el cuchariao en el que estabamos. Entiendo cada vez menos, ademas en el sueño tan profundo que tenía no entendía que quería! Cuando me empieza a empujar ahora si muy duro y me volteo todo pelión a ver que es la vaina y ella me dice: Déja de empujarme!! Estas moviendo la cama!! Ahí entendí, estaba temblando la tierra. Miré la lampara y parecía un columpio bajo los efectos de un adolescente. Me paré de un salto, me puse los pantalones de la moto tratando de mantener el equilibrio, miro a Camila  y la pobre esta petrificada parada, aún dormida, sin saber qué hacer. Le digo Vistete que tenemos que salir, dio dos giros en shock sobre supuesto y quedo mirandome igual que minutos antes. El fantasma de los sismos me persiguió en Chile, y ahora a 100 km lineales de allí, mas frescos, nos agarró tremendo temblor:  http://www.caracol.com.co/nota.aspx?id=1405592

Cuando bajamos, vimos que varias personas se encontraban en la calle, nuestro tiempo de reacción fue lento. Menos mal no fue mas y que solo estabamos en un segundo piso. Fue bien fuerte, 6,9 grados. Una experiencia mas que vinimos a buscar. Lo bueno es que había escampado, asi que salimos a caminar a buscar donde comer y conocer un poco del pueblo. Ver ya los bocaditos marroc, los alfajores, la gente que vuelve a usar la bocina en las calles, la soberbia forma de gritar de los argentinos por cualquier cosa, las palabras cortadas por todos lados, la sobredimension de lo artesanal y el olor a comida por todas partes nos situaba un pais que me resulta familiar. Dimos con un super restaurante al cual Julio le impresionó la vitrina con la carne mostrando el asado al asador. Le pareció lo máximo. Comimos carne y estaba bien buena! El primer bife del paseo! Estabamos en Argentina y en moto. El sueño de este viaje, hecho realidad.


Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s