Reportaje de Julio Gomez
Cuando llegamos a Lima, mandamos toda la ropa a lavar. La ropa de moto, al quitarnosla, parecía que la estuviera usando el hombre invisible. Quedaba parada con tanto mugre, arena y kms. encima.
En medio del afán no revisamos los bolsillos y en la chaqueta de Andrea se fué el iPod.
Al día siguiente, Andrea fué a la recepción del Hotel a preguntar por el aparato, pero le dijeron que en la Lavanderia no habían reportado nada. Andrea, con el carácter que la caracteriza cuando algo no le gusta, reclamó con determinación que su iPod debía aparecer. Ella estaba segura que se había quedado en un bolsillo.
Al dia siguiente el gerente del hotel apareció personalmente con un iPod nuevo para reponer el perdido, disculpandose por lo que había pasado. Que buenos tipos, no?
Ese día salimos de Lima con iPod nuevo, pero sin música y con «late checkout» a las 4pm. Otra de las prebendas que nos dieron por el inconveniente de la lavanderia.
Viajeros del Sur 