Reportaje de Esteban Sosnitsky
La Hacienda Andaluza estaba toda para nosotros a 3.250 mts sobre el nivel del mar. El frío y la sensación del volcán en erupción acompañaron nuestro sueño. En varios hoteles llegamos y vemos que la C de caliente esta a la derecha. Sin embargo, no esta mal puesto. Ponen los tubos al reves!! Que originales!!
Salimos temprano después de aprender que el babaco es como una papayuela grande, que canguil son palomitas de maíz y que pinol es máchica con panela (máchica es una harina de cebada tostada). Después de un rato de frío y niebla tomamos la troncal de la sierra con un cielo despejado y un paisaje de locos. Teníamos un vago recuerdo de esta ruta que habíamos tomado hace unos años y estábamos a la espera de la niebla insoportable que nos tocó aquella vez, junto con el barrito y el camino destapado. Nunca nos tocó en esta oportunidad. El camino está perfecto salvo algunos baches destapados entre repavimentación y repavimentación. Hicimos el camino en 4 horas y media. Pasamos por el bosque nuboso y nos impresionó la cantidad contradictoria de carteles que promueven el cuidado de la naturaleza y el medio ambiente con la cantidad de basura en el camino. Es una lástima ya que el paisaje de Páramo, bastante gris, resalta cualquier papelito o botella arrojada sin cuidado. A pesar de ello el paiaje fue imponente, el caminó esta en promedio a 3000 metros y las nubes se ven por debajo del nivel de la ruta. Se siente uno en un avión, pasando por entre nubes, a 110 km/h. Indescriptible. Llegamos a Cuenca temprano, eso nos permitió caminar la ciudad, conocer algunas iglesias y almorzar tranquilos. El dia no podia ser mejor. Mucho sol y clima agradable.
Despues de cambiarnos salimos a dar una vuelta con tan buena suerte que nos cruzamos una procesión que iba a la Catedral de la Inmaculada. Despues de la procesión recorrimos un poco mas y nos alistamos para mañana cruzar a Peru.
La idea es llegar a Máncora, ya siento nostalgia del Locro de papas, de la humildad y amabilidad Ecuatoriana, de esas carreteras perfectas y del frio de la montaña.