Route 66 – Fenómenos naturales

El frío de Nevada, Arizona y New Mexico nos siguió acompañando un buen tiempo, mientras recorríamos parte de la famosa y mítica Ruta 66, que ya no existe. Por esa ruta muchos inmigrantes buscaban acomodarse en el oeste americano e inicialmente, sobre los años 30 era la principal carretera de los Estados Unidos, entre Chicago y Los Angeles. Aunque hace mas de 20 años la «eliminaron» de la nomenclatura vial, la gente que siempre ha vivido en sus costados y en general todos los pueblos que se desarrollaron con el auge y la fama de la Ruta 66 no se resignan a perderla y han colocado avisos similares a los oficiales, pero con una diferencia de color y el mensaje «Histórica» ruta 66. Hasta el mismo GPS la registra como tal…

De ahí seguimos hacia Texas y realmente empezó a subir agradablemente la temperatura. Pero este pueblo de inclemencias y desastres naturales nos tenia otras sorpresas mas por ofrecernos. Los ventarrones mas tenaces que puedan imaginar. Y a ésto se le suma que en ésta época están preparando los campos en Texas, cultivos extensivos enormes y están arando para sembrar en breve. El resultado es que se levantan unas tormentas de arena y polvo que hacen bien difícil la manejada. El «empuje» del viento nos sacaba literalmente del camino. Mucho mas fuertes y contundentes que todos los que habíamos encontrado anteriormente. Sin embargo, a pesar de estas condiciones en un tramo bastante largo de esa etapa, estábamos muy decididos a recuperar el tiempo que nos había tomado el día anterior la reparada de la llanta en la Vulcan y ese día completamos 1.100 kms cuando pernoctamos en un motel del camino adelante de Dallas.

Nos quedaban tres días mas de viaje y llegaríamos a nuestro objetivo final, Miami. Nos comenzó a entrar el afán que les da a los caballos cuando vuelven a su establo y saben que allá tendrán agua y descanso. Adicionalmente, cada una de las jornadas que siguieron eran de mas de 800 kms. Por ello, nuestra nueva compañera de viaje, Kerlly, nos encontró en New Orleans ya sin mucha disposición para viajar con calma y/o con espíritu de turistas. Sin embargo, podemos contarles que encontramos esta ciudad, New Orleans, ya completamente reconstruida después del paso del huracán Katrina que arrasó con ella en 2.005 y redujo su población a la mitad porque muchos de los evacuados se acomodaron en otros lares.
Y esta tierra de huracanes y tornados no iba a dejarnos completar los 45 días de viaje sin recibir las molestas lluvias que incomodan tanto al viajero en moto. Recibimos el coletazo de un tornado que no nos dio tiempo ni de parar a ponernos impermeables. En cosa de 10 minutos nos mojó hasta los huesos y pasó de largo. No hubo fotos documentales, pues sería tan arriesgado como tomar una foto debajo del agua, dañaríamos éstas cámaras normales. Claro está que no fue tan grave: en los 45 minutos que nos faltaban al destino final, estando al nivel del mar y ya con buena temperatura, nos secamos rápidamente.
Dormimos una noche mas en Tallahasse y finalmente en otra larga y monótona jornada completamos la meta: Miami, Florida, con 17.178 kilómetros recorridos !!

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