Descanso en LA

Después de tan confortable y rápido paso por la frontera nos preparamos para descansar durante tres días en éste monstruo de ciudad. Con sus condados vecinos, que ya se encuentran incorporados en una sola mole, ocupa una extensión enorme de mas de 1.200 kms cuadrados y alberga alrededor de 20 millones de personas. Es en una selva de cemento y metal como ésta en donde los GPS hacen las delicias de los dueños del juguete. Comenzamos por localizar el distribuidor y taller BMW mas próximo al hotel y allá nos dirigimos. El paso por Beverly Hills y algunas de las famosas calles de Hollywood nos intimidaban un poco pues imaginábamos como iba a ser el trato (y la cuenta) de un mantenimiento sencillo por esos lares. Afortunadamente, contra todos nuestros resquemores, el taller resultó ser muy bueno, «genérico» por decirlo de alguna forma, esto es, trabajaban motos Honda, Yamaha, Suzuki y eran también BMW Motorrad autorizados. Contaban con todos los fierros, computador especializado, etc.
Aquí está Oscar, trabajándole a mi moto.
Mauricio no quería, en principio, hacerle nada a su nave. Realmente en México nos animaron a seguir con el mismo aceite de motor hasta Miami (de acuerdo al kilometraje que nos falta por hacer) y acá en LA nos reafirmaron que no era necesario cambiarlo de nuevo. Al revisar las llantas, el mecánico notó la trasera de Mauricio un poco baja de presión y algo mas gastada; cuando nos acercamos a darle un vistazo, le encontramos un puntillón de 12 cms incrustado !! «Bueno, entonces también dejamos ésta moto para despincharla…» — les dijimos. «No señor, negativo, no se puede…». Por problemas de demandas, seguros y abogados, ellos no despinchan, ni autorizan ó sugieren hacerlo. Es mas, ni siquiera dejó el Jefe, don Fernando, que alguno de los mecánicos de rango inferior, que en su espíritu solidario latinoamericano se animó a colaborarnos, nos ayudara a despincharla. Deberíamos hacerlo todo, si queríamos, por nuestra cuenta. Claro, la otra opción también estaba a la mano: llanta nueva…. Y después de tanto miedo que le meten a uno con el asunto de la despinchada y la posibilidad de tener problemas a alta velocidad en una autopista de éstas, pues Mauro acabó estrenando zapato trasero. En general nos atendieron muy bien; adicionalmente conseguimos ahí el repuesto mas urgente (un switch sensor del freno) y en su almacén de accesorios algunas bobadas de esas que siempre nos ponen a babear. Claro que también hemos visitados otros distribuidores en donde hemos conseguido el emblema que me habían robado y una que otra camiseta para mejorar estas pintas.

Acá están las dos motos listas, esperándonos para continuar con el último tercio del viaje.

En la noche recibimos al primo Jorge y por consiguiente el martes en la mañana la tarea fue rescatar y desempacar su poderosa Kawasaki Vulcan 900 cc que venia, superempacada, en un camión desde Miami.
Cada punto que tenemos que visitar acá está, en general, a una distancia desproporcionada. La bodega donde recogíamos esta moto puede estar a 60 kms del Hotel. Salir de ahí a buscar otro punto de interés, pueden ser otros 40 ó 50 kms y así al final del día uno esta tan cansado como si hubiera hecho una buena jornada de carretera. Fuimos acoplando los radios, la comunicación y en general las cosas que vamos a necesitar para seguir en esta larga travesía por USA. Para ello, visitamos también un almacén de motos, Santa Mónica Honda-Kawasaki, en donde ya sobre las 8:00 PM nos atendió Alex González, quien se encontraba con su esposa y su pequeña hija, a punto de cerrar el negocio. Estaban realmente muy contentos de oírnos las historias del viaje y con mucha generosidad le regalo a Jorge un control de voz para el equipo de radio. Como pueden ver, estábamos en Santa Mónica, exclusivo sector de LA. Paseando sin rumbo y buscando un lugar para comer, nos encontramos con una sorpresa adicional que nos traería este viaje. Ya en otras entregas hablamos de los fascinerosos y bandidos que nos podríamos encontar en el camino. Pero lo que nunca nos imaginamos fue que nos atacaran unas bandidas !!!!
Llegamos a Hooters, de la famosa cadena de restaurantes, con especialidad en alitas y pechugas…. En ese lugar fuimos muy bien recibidos y tambien encontramos, cosa curiosa, unas personalidades nativas, muy contentas de oir nuestras historias de viaje. Y pueden estar seguros, mas contentos nosotros de contárselas. El problema fue bajarlas de la moto a esas bandidas !!
Hoy, mientras esperamos a Laura, hemos seguido en el ritmo turismero, con paseos a los ranchos de Beverly Hills; recorrimos muchas de sus calles, con la esperanza de cruzarse a Demi Moore saliendo a comprar la leche…. Estuvimos tambien en el Paseo de la Fama en Hollywood Boulevard, la calle de los actores de cine representados en estrellas estampadas en el andén. Subimos hasta el letrero que ha hecho famoso a éste pueblo.

Al volver, nuevamente pasamos por el Boulevar, donde también hay toda clase de desocupados que con el disfraz de uno de los famosos artistas y héroes se ganan la vida a punta de fotos con los turistas. Recibimos efusivo recibimiento de Superman y Flash cuando nos parqueamos en frente al reconocido Teatro Chino, donde presentan las «premier» de la mayoria de las películas invitando a todos los otros actores y actrices, que nos alcanzó solo para la foto de paso, pues la policía nos estaba pidiendo pista en cuestión de segundos.

Una respuesta a “Descanso en LA

  1. Siganla pasando muy bien! Si siguen en L.A., no dejen de ir a 3rd St. Promenade en Santa Monica, y de ahí bajar a Venice Beach y caminar un poco o tomarse una cerveza ahí en la playa. Y si les gustan los museos, el THE GETTY, es maravilloso y ofrece unas vistas increíbles de L.A.

    Buen camino! Ahora a los 3.

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