
El ferry es un barco grande, en el que meten tractomulas como arroz, muchos carros, un par de motos colombianas y alrededor de 500 pasajeros. Como si fuera poco, viajan en el tambien algunos equipos de trabajo pesado, bulldozers, retroescavadoras, etc para reparaciones y construcciones al otro lado. En la espera conocimos y departimos con un grupo de operadores de estos equipos a quienes ofrecimos su espacio en nuestro blog.

El viaje demora unas 18 horas de la 3:00PM de un día a las 9:00 AM del dia siguiente. Vale la pena entonces solicitar una cabina para descansar y no tener que pasar la noche sentado incómodamente en una silla; aunque las cabinas no son ninguna maravilla, son muy estrechas. Vean mas o menos el asunto:
Lo interesante es que el boleto incluye también cena y desayuno. Lo malo es que ninguno de esos dos servicios puede ser aprovechado, pues hacer una fila con 500 para recibir una comida regular tirando a fea se sale de lo que nos permite la paciencia. Total, fueron comida y desayuno a punta de paqueticos y coca-cola. Pero a decir verdad, el ferry tiene en la parte superior un bar-restaurante muy agradable, con aire acondicionado y películas de DVD para distracción de algunos, lo que hace menos largo el recorrido. Sin embargo el solo contemplar el mar al atardecer y al amanecer esperando ver una de las ballenas azules que regularmente aparecen cuando se está mar adentro, es también un buen pasatiempo en la cubierta.

De La Paza tomamos rumbo directamente al punto mas al sur de la península: el cabo San Lúcas. Tanto la carretera para llegar hasta allá, (super autopista con peaje, por supuesto), como los clubes de golf y el aeropuerto que comparte con San José del Cabo, son un descreste que no imaginábamos encontrar. En San Lúcas, en la marina, se encuentran centenares de lanchas totalmente equipadas para sacar a los turistas a un día especial de pesca. Marlin, pez vela, atunes gigantescos… Sacan de todo !! Estuvimos muy tentados con Mauro a quedarnos en ese plan. Pero 8 ó 10 horas de lancha y pesca también lo dejan a uno bien cansado. Y el Mauro prefería descansar en la playa, tomando una siestica… 

Yo también, para ser franco !!