Reportaje de Esteban Sosnitsky
El desayunadero del gran hotel sucre se ve que tuvo sus dias gloriosos en el pasado, y mientras se construye el nuevo hotel sucre frente al actual se ve que este anda cada dia mas venido abajo. Andrea se siente mejor lo cual es una tranquilidad para el grupo, parece que el descanso y la abstinencia alimenticia le hizo bien. Nos alistamos y vamos por las motos al hotel eden, después de recogerlas hacemos la parada obligatoria en la panaderia de dona filo donde les tomamos algunas fotos y les compramos algunas cositas para el camino. A la salida nos sigue unos metros y nos regala unos brownies recien hechos, que gente tan especial! Caminamos un rato con Julio mientras las chicas empacaban, en busca de una pimpina. Mañana 24 va a ser imposible ubicar algo asi en la paz por lo que decidimos ver que encontrabamos. El mercado me transportó a china, donde la gente ofrece de todo y los olores se entremezclan unos con otros haciendolos completamente in identificables. Especias, carnes, dulces, shampoo y maquillaje todo en 5 pasos. Alejandonos un poco mas de la calle por la que a su vez de vez en cuando pasa el tren, encontramos algunos puestos en los que los motoristas compran sus vidones. Encontramos uno perfecto chiquitito suficiente para un galon y para darnos la tranquilidad necesaria. Ojala no haya que usarlo. Al regreso hacia el hotel, vimos como indigenas artesanas reutilizan los cauchos de las llantas para hacer de manera manual unas alpargatas que usan todo el tiempo. Tambien vimos como la misma clase de indigenas, abren un espacio en la falda y se acurrucan para hacer sus necesidades fisiologicas en cualquier lugar de la calle. Es algo para nosotros impresionante, para ellos perfectamente normal. Los codigos urbanos nos golpean y el lenguaje sigue siendo un impedimento para la comunicación, que al final se logra poniendo mucho esfuerzo. En la salida hacia la paz, tanqueamos con la mala suerte que la pistola no salta y la moto de julio parece una fuente de gasolina. Quedó lavada completamente. El bombero no se sorprende mucho y sigue atendiendo a otra gente. Le pedimos agua y jabon para darle una juagada y nos trae una botella con fab. Se hizo lo que se pudo debido a la falta de comunicación y una actitud un poco extraña para con el extranjero. Salimos hacia la paz y al cabo de un rato el cielo se puso gris, frente a nosotros una nube negra que no dejaba ver el camino. Paramos a ponernos los impermeables y seguir viaje. Rayos caian a lado y lado de este camino el cual habiamos pasado de ida a Oruro con viento y sol, lo que hace que cada experiencia sea diferente aunque el camino ya lo hubieramos hecho. Despues de la tormenta electrica con viento y granizo y una nueva tanqueada llegamos a la entrada del alto segun las indicaciones de varios viajeros. Ahi hay un desvio para bajar por el corregimiento Ingavi. Por suerte habia escampado ya y habia un poco de sol. La llegada a la paz es rarisima porque uno va viendo una llanura y de repente ve unos picos nevados y un cañon, bajando por ese cañon esta la ciudad. Indescriptible. Es como una ciudad en el medio del gran cañon, con construcciones en esos picos majestuosos invadidos de urbe con puentes y viaductos que juntan un monte con otro. El mapa de Bolivia nos guia masomenos bien aunque el mapa no es tan bueno , por lo menos sale el hotel y nos sirve de algo. En la bajada un tipo en un jeep nos hace señas, nos detenemos y habla con julio. Es un Noruego que vive hace años en la paz y queria saber si necesitabamos algo. Iba con sus hijos chicos en el jeep. Al vernos masomenos ubicados nos deseo buen viaje y seguimos bajando. Una vez llegamos a una zona mas baja de la ciudad, vemos que las autopistas van en sentido contrario por obras. Es decir, estamos en Inglaterra. Los carros bajan a toda por la derecha y suben por la izquierda, por ende todos los cruces por los que me manda el GPS son del otro lado! No se puede tomar ninguno. Despues de dar algunas vueltas y preguntar, llegamos a la rotonda isabel la católica donde se encontraba el hotel. Civilización por fin! Se siente uno raro de llegar a tener algunas comodidades que algunas veces son básicas pero que al fin de cuentas uno puede vivir sin ellas. El carrito del equipaje por ejemplo! Nos instalamos en el hotel y nos recomendaron un par de lugares para ir a comer de navidad. Fuimos a explorar un poco y buscar el mercado de la hechicería y el centro. El trancon era brutal y nos tuvimos que bajar a caminar, de todas formas llegamos. El mercado son unos puestos en la calle en los que venden toda clase de elementos de brujeria. Los mas impresionantes por supuesto son los fetos de diversos animales como: llamas, alpacas, murciélagos, ovejas, sapos, etc. Los usan como ritual a la pacha mama segun nos dijeron, aunque creo que hay mas de la historia que no nos contaron. Al entrar a un local vemos un sapo gigante fumando 2 cigarillos, después nos explicaron que sirve para atraer clientes. Un vinculo mas con asia. Increible. A todas estas se nos estaba haciendo re tarde, no habiamos almorzado con tal de conocer algo de esta ciudad. Bajamos al centro y caminamos por la plaza principal de gobierno, el centro historico y colonial, y no encontramos ninguna opcion confiable para picotear algo. Regresamos al hotel ya de noche, donde comimos algo que nos desalentó de ir a comer algo mas elaborado para celebrar navidad. Habia mucho cansancio, Andrea nuevamente se sentia mal, pero no con ganas de ir a ningún hospital. Nos fuimos a acostar no sin antes hacer las llamadas pertinentes en un locutorio cercano. Brindamos en el cuarto y nos acostamos. Feliz Navidad!!!!!!!!