La Península – Parte 1

Reportaje de Gonzalo Bueno

Finalmente, después de mucho tiempo, salimos de nuevo en un viaje motero internacional. En ésta oportunidad, Gabriela, mi compañera viajera por excelencia y éste cronista partimos para el Viejo Continente, en vuelo directo desde Bogotá a Barcelona.  Nuestro objetivo: iniciar la travesía perimetral, en un mes corrido, aproximadamente, por la Península Ibérica.  Solos, en cuanto a otras motos acompañantes, ésta vez queríamos hacer nuevamente un viaje “en pareja”.

Llegamos a Barcelona el 24 de Abril, en la mañana y el deseo de hacer turismo siempre nos llamaba, aun después de 10 horas de avión. El 25 seguimos caminando esta bella ciudad por todos los rincones posibles. Desfilaron por nuestra frente las maravillosas obras de Gaudí que aparecen por muchos lados, La Rambla, Barceloneta, MontjuÏc, vino y paella no podían faltar. Bares con mucho ambiente.

En Barcelona alquilamos la moto en una empresa grande y seria, muy conocida llamada IMTBIKES. Tomamos una BMW R750GS aunque mis intenciones iniciales eran alquilar una Honda África Twin o una Transalp. Sin embargo, éste lugar tiene mucha experiencia en alquiler de motos a viajeros internacionales, así como en la organización de travesías o salidas guiadas por ellos a Marruecos, a los Pirineos, por España, etc. Con este bagaje, ofrecen mas garantías en cuanto a ayudas o soporte en carretera, en caso de necesitarla. En nuestros planes, entregaríamos la moto en el mismo lugar, un mes después. Así las cosas, comenzamos nuestro recorrido yendo hacia el sur, por la costa mediterránea.

¡Primer día de moto, comenzamos!! Esa sensación de “estrenar”, aunque sea usada, pero de adaptarse, de conocerse con la máquina nueva, siempre es muy agradable. Retiramos la moto y salimos hacia el mediodía para Valencia. Todos los hoteles, y AirbnB los teníamos previamente reservados, desde Colombia, con la posibilidad de cancelarlos con unos días de anticipación, si teníamos un percance o cambio de planes.  Este primer día de moto, en Valencia, nos quedamos en una casa rural, tipo Airbnb, a unos cuantos kilómetros de la ciudad. Al día siguiente teníamos descanso y turismo en ésta ciudad.  Fue una experiencia muy agradable, diferente a las usuales. Los propietarios eran una pareja, él Español y ella de Suiza, muy especiales. El hombre es motero. Organizaron en su finquita un módulo con tres habitaciones, muy cómodas frente a una piscina y un kiosko. En un espacio adicional, pegado al módulo, tienen lavadora, secadora y una despensa/nevera con snacks, vinos y cervezas…. Ud toma lo que quiere y va dejando la platica. Como llegamos relativamente tarde y ellos no estaban preparados o avisados, no nos tenían comida. Tal vez nos vieron la cara de haber llegado sin siquiera almorzar y simplemente nos dicen:” Tranquilos, nosotros los llevamos al puerto de Sagunto, es cerca, vamos en nuestro carro y allá cenamos todos”. Maravilloso. – Conocimos el Puerto, conversamos con ellos al calor de unos vinos y una rica cena…

Al otro día fuimos en la moto a la estación de Sagunto (10 min) y tomamos un tren de cercanías, para visitar Valencia. Era apenas nuestro segundo día de viaje y me daba algo de inquietud dejar la moto en la calle, frente a una estación del tren el día entero.  Pero así lo hicimos y todo nos resultó muy bien, afortunadamente. En adelante invertimos mucho dinero en parqueaderos, pero nos daban tranquilidad. Uds se imaginan que le roben a uno la moto en medio del viaje? O alguna vaina, espejos, GPS ….  No, eso sería un descuadre muy tenaz.

Valencia es una ciudad espectacular, (Como todas en España.  Creo que ésta frase habré de repetirla en muchas ocasiones). Caminamos largamente por su Centro Histórico y en la tarde fuimos a conocer la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un complejo cultural muy extenso e interesante. Entre sus módulos o atracciones tiene: Museo de Arte, Planetario, Museo de Ciencias, esculturas, un Acuario Oceanográfico maravilloso (el más grande de Europa), una plaza cubierta, el Ágora, que es como nuestro Movistar Arena pero de diseño mas loco y futurista, que sirve igual para conciertos o espectáculos deportivos, tenis, motos etc. Descrestante…

Les cuento que empezamos a vivir en éstas tierras de la Comunidad Autónoma Valenciana la extraordinaria sensación del cambio y conservación de los idiomas regionales y autóctonos. Del Catalán de Barcelona pasamos al Valenciano. Como extranjero que habla español, se puede pasar desapercibido, siempre lo entenderán y siempre le contestarán sin problema. Mas, ese sentir, detallar al oír las lenguas románicas y ver como sus gentes se empeñan en conservar lo suyo es genial, gratificante. Realmente es muy interesante ver desde afuera, como extranjero, éste fenómeno sociológico y así mismo, tratar de entender una partecita de los conflictos que estos regionalismos generan dentro de los españoles.  

Regresamos en la tarde bien cansados, nuevamente en el tren de cercanías, pero sabiendo que esa noche, como previamente nos habíamos anotado a la cena del lugar, tendríamos una velada muy sabrosa. Nos acompañaba también una pareja de franceses, huéspedes y viejos amigos de la casa. Deliciosos platos y mejores vinos… Comenzaba el periplo gastro-etílico a funcionar muy bien…

Al otro día fuimos a Cartagena, en Murcia. En ésta segunda jornada de moto, como es de suponer, vamos afinando la empacada y la forma de sujetar a la moto los porotos extras.

En Cartagena el hospedaje fue al revés. Llegamos al mediodía y tomamos un hotel directamente en el centro histórico para salir desde ahí caminando a las visitas por toda la ciudad. Muy señorial y clásica, esta ciudad hermana de la nuestra de Indias.

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Notas de Viaje

Quería hacer un paréntesis para conversar del equipaje. Es siempre un gran reto organizar la ropa de dos personas, para un mes de viaje, con climas variados de frío, calor, lluvia etc. Comenzando por el hecho que implica salir de Colombia con una maleta que lleva el equipo motero completo: Casco, chaqueta, con protecciones de hombros y codos, pantalones ídem, con rodilleras, botas… solamente eso ya le llena a uno una maleta, sin pensar en una que otra pinta para los días de “turismo” caminando las ciudades vestidos de civil.   Pero como toda esa parafernalia de seguridad que al rodar en la moto se carga puesto, pues ya rodando no ocupa nada en el equipaje que carga la moto en sus maletas laterales. Inicialmente, de Barcelona salimos así:

Resulta que ésta moto trae unas maletas laterales mas pequeñas de las que usualmente hemos tenido en nuestros viajes. Eso lo sabíamos y estábamos medianamente preparados para afrontar esto, colocando encima de esas maletas laterales unos sacos/tulas de alpinista que se comprimen al vacío, impermeables, en teoría. Para eso lleve unos buenos ”pulpos”, cauchos de sujeción con ganchos… Pero esos pulpos son muy incómodos. Igualmente, amarrar bulto sobre el topcase impide mucho sus funciones, pues abrirlo y cerrarla amarrando cada vez el bulto superior es aburridor. Desde la segunda jornada los cambiamos por unas correas tipo “tie down” y estas funcionaron al pelo hasta el final.

La moto se alquila, como dije arriba, con esas tres maletas convencionales. Sin embargo, en este modelo, la BMW 759GS, no es el ideal en cuanto a equipaje… Las maletas originales son plásticas con unas formas internas despistadoras: la maleta lateral derecha, por ejemplo, es reducida por el exhosto. Sabíamos que no nos cabrían todas las “cositas” y nos preparamos para llevar los dos bultos extra, sobre las maletas laterales. El resultado es algo así, 6 paquetes:

Pero desde la tercera jornada de viaje ya sabemos cómo organizarlos y no nos toma mucho tiempo. Como es una tarea repetitiva, cada vez tratamos de hacerlo más eficientemente hasta llegar a la perfección. Pero ello no se logra en poco tiempo.  Solo después de viajar mas de 30 días seguidos uno se va acercando al objetivo. Los diferentes compartimentos se van especializando, ropa limpia, ropa sucia, aseo, impermeables, tenis y zapatos de turista, etc etc. Así uno trata de NO tener que bajar siempre TODO lo que lleva.   En España hay un moto turismo muy marcado e intenso. Ví a unos alemanes, uno de ellos en Honda África Twin. Le puse tema de conversación contándole que esa es realmente mi moto, etc etc. Al final, viendo nuestra moto cargada hasta las banderas, nos dicen: “Muy chévere viajar con todo el equipo de camping en la moto!”   Ajá…. Si, claro…. Miré a Gabriela y nos dijimos: “Estamos mal… Nos debe sobrar mucho equipaje, según esta gente.”

Como se puede apreciar, los 6 paquetes se organizaban fácil, el morral en el topcase, las dos maletas internas, los bultos se sujetan arriba de las laterales y adelante se coloca el tankbag.

Y desde luego, siempre hay otras complicaciones adicionales. Cuando el recorrido es de mucho frío, nos vestimos con varias capas: camiseta, saco o buzo caliente, “liner” o corta vientos, impermeable interno, la chaqueta y encima de eso el impermeable exterior, llueva o no para mitigar el frío… En los “países bajos”, también es similar el proceso. Yo uso solo el pantalón de moto y el impermeable. Pero Gabriela puede llevar dos capas, “chicles” antes del pantalón de moto y el impermeable encima. Suena inicialmente como si fuera exagerado, pero es apenas lo requerido cuando la temperatura baja a 4 o 6°C, llueve y uno va a 90 o 100 km/h

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La nueva jornada, rumbo a Granada y Monachil, nos recibió con lluvias desde al amanecer. Queríamos hacer un recorrido por el interior de Andalucía. ¡Como uds seguramente ya saben, Andalucía es enorme!! Es la segunda comunidad autónoma en tamaño, (87.597 km 2) después de Castilla y León (94,224 km2) y para llegar desde el mar Mediterráneo al interior, se tiene que bordear La Sierra Nevada. Son carreteras que buscan los puntos bajos, ésto es, se rodea la sierra por parques naturales y así, aunque no se tiene nieve al lado del camino en ésta época, debo decir que si es muy intenso el frío en éste tramo. En un “alto” del camino, que no llegaba a los 2.000 msnm, paramos en una estación de servicio para buscar un humeante café o un chocolate caliente. Como es de suponer, encontramos muchas motos en el mismo oficio. Todos en las mismas, “cagados de frío” diríamos por acá.

Monachil es un pequeño pueblo cerca a Granada, donde nos recibieron muy amablemente en su casa dos amigas, Liliana y Ángeles.

El teléfono guardado por la lluvia, significa No Waze. Cruzando Granada, en un descuido mío, tomé un cruce equivocado, sin notarlo… Poca visibilidad, visera mojada y sin mirar el tablero, el pinche GPS registra el error como decisión del piloto, recalcula velozmente, arma nueva ruta y uno ni se entera. Es lo peor. Cuando uno vuelve a mirarlo, ve que está siguiendo la ruta perfectamente y sigue confiado… Lógicamente, nos mandó por una ruta alterna, larguísima, en la que prácticamente llegamos a los refugios de esquí de la Sierra Nevada. Paramos en un restaurante a calentarnos y reubicarnos. La bajada para llegar a nuestro destino muchas horas después de lo planeado, mojados y con mucho frío, la hicimos por una carreterita mínima, súper estrecha, muy pendiente, pero espectacular, como para reconfortar del error cometido. ¡Si no se cometen esos errores se queda uno sin conocer caminos extraordinarios!! Paso por Granada, con La Alhambra y la Sierra Nevada al fondo

Era apenas la tercera jornada de moto y ustedes saben que en ese GPS todo depende de la parametrización del aparato. Algo de instrucciones ya le había puesto, que llevan a estos desfases. Yo quería carreteras secundarias en buena parte del recorrido, para salirnos cuando fuera posible de las Autovías de tres y cuatro carriles y 120 km/h permanentes. Por otro lado, como menciono arriba, tuvimos la suerte de contar todo el tiempo con una Simcard española que nos ofrecía telefonía, navegación/datos. Así tuvimos acceso al Waze. Claro está, es también desesperante cuando el Waze dice que cruce a la Izquierda y el GPS le dice que no, que cruce a la Derecha, porque sus algoritmos son diferentes. 

Granada es absolutamente espectacular. No tuvimos suerte con La Alhambra, pues las entradas estaban vendidas para las siguientes dos semanas. Cuando comienza la Alta Temporada, muchas de esas entradas las compran las agencias de viajes que después las venden al turista al doble o triple, con el valor agregado de su tour, su guía etc. Nos conformamos con las historias de moros, gitanos, judíos y nazaríes contadas por un guía de a pie, que nos contaba mientras recorríamos los famosos barrios de Albaicín de calles apretadas y el Sacro Monte con sus casas-cuevas. Caminamos mucho en este viaje. Y en Granada, en particular se siente más, porque son caminadas en pendientes bien inclinadas.

A continuación, retornamos al Mediterráneo. Hicimos una jornada suave, con algo de lluvia aún, hasta Málaga. Nuevamente llegamos a medio día y sin perder tiempo salimos a caminar por sus callejuelas y playas. La Malagueta, en particular, es una playa con sus bares “chiringuitos” sobre la arena. Imaginaba a mi hijo Mateo, joven y ardoroso, cuando hace muchos años paseando en ese mismo lugar con un amigo conocieron dos niñas muy lindas, locales.  ¡Asoleada, baño de mar y en menos de nada los dejaron pelados!!  En un descuido, los dejaron sin un dólar, sin pasaporte, ni tarjetas de crédito.  Aun hoy me pregunto cómo salieron de ese jaleo.

En nuestra quinta jornada de moto, día No. 10 del viaje, salimos a buscar los famosos Pueblos Blancos de Serrat. Esos que, el apreciado cantaautor nos describe así:

“Colgado de un barranco duerme mi pueblo blanco, bajo un cielo que, a fuerza de no ver nunca el mar, se olvidó de llorar…”

Oficialmente, son como 17 los municipios que han clasificado para esta honrosa denominación, por tener sus clásicas y viejas casa pintadas con cal, costumbre árabe español traída por los Bereberes a esta región.  Ronda, Zahara de la Sierra, Ubrique y Algatocín, son algunos de los maravillosos pueblos que visitamos. Cruzamos muchos otros con un ligero adiós desde la moto, lamentando no poder bajarnos y visitarlos todos.

Pernoctamos en este último pueblo blanco, Algatocín, que está sobre la Sierra de Ronda cruzando antes por otro parque natural de la Sierra de Grazalema. Como pueden imaginar, por tanto, ya con buen tiempo, en esas carreteras de montaña, pequeñas y con curvas pronunciadas no solo sentíamos un descanso de las autopistas, sino el placer verdadero y enorme de éste trajinar en moto…

De Algatocín regresamos al Mediterráneo, siguiendo hacia Gibraltar y Algeciras. El primero, como puerto emblemático, es realmente agradable. No es muy grande, lo recorrimos en la moto en pocos minutos. Se observan las salidas de ferry permanentes a diferentes lugares, en particular a los puertos del otro lado del estrecho, Estuvimos en alguna de sus playas y contemplamos por primera vez el continente africano, “al otro lado del charco”. Pasamos con alguna ilusión, otra vez influjo Serrat, a la próspera y pujante población/puerto de Algeciras. 

“Quizás porque mi niñez….   Que han vertido en ti cien pueblos, de Algeciras a Estambul, para que pintes de azul tus largas noches de invierno…”

Pero que decepción nos llevamos. Algeciras es un puerto muy laborioso, con mucho movimiento de carga, buques enormes de contenedores, pero con poca conservación arquitectónica e histórica, comparado con todos los otros lugares que veníamos recorriendo. Así se quedó con poco atractivo para el visitante-turista extranjero. Lo caminamos un poco y no le encontramos gracia alguna. Con decirles que en la tarde tomamos la moto de nuevo para pasear por fuera de Algeciras, al sur, buscando en esas playas algo mas diciente, mas emocionante, aunque fuera el solo contemplar de las costas africanas al otro lado del estrecho de Gibraltar.

Salimos de Algeciras con el firme propósito de llegar al extremo sur de España, Tarifa. Así completamos la primera parte de este fabuloso periplo.

A continuación, nos dirigimos al norte, Cádiz, Jerez de la Frontera, Sevilla, Lisboa y Porto. Pasando después a la costa norte de España, Comunidades Autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco.


11 respuestas a “La Península – Parte 1

    1. Gonzalo otra nueva aventura y experiencia que se lleva en ese su largo andar como Motero y en magnifica compañia, que increible viaje, Alberto

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  1. como motero, fotografo y amante de los viajes no puedo dejar de felicitarte por tan impecable relato y hermoso viaje. Me obligas a recordar las ganas que tengo de hacer estos viajes en moto por Europa, ya que aquí, la 40 ya la tengo casi completa, saludos y buenas rutas!

    @alvaroraphoto

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