Reportaje de Gonzalo Bueno
Una de las regiones mas privilegiadas de Colombia está formada por el Oriente de Caldas con el Sur oriente de Antioquia. De la Cordillera Central bajan hacia el Magdalena los ríos mas espectaculares que podamos encontrar en las cuencas hidrográficas colombianas. Ríos muy naturales, limpios, poco contaminados, fríos y con buena pesca. La Miel, el río Manso, el Samaná y el río Claro son algunos de sus exponentes mas representativos.
Hacia allá nos dirigimos, aprovechando el feriado de Octubre, en una salida netamente familiar, combinando motos y carros. El origen de ésta propuesta y el tipo de viaje tenía un planteamiento muy claro: era la consagración, el bautizo como motociclista autónoma, de mi hija Catalina. Viene «estrenando» su moto desde hace meses con salidas cortas, de un día, pero era necesario hacer un viaje «relativamente largo» en su propia moto, para su graduación. Un recorrido de 700 kms ya es un «paseo» responsable. Cata ha sido, en innumerables ocasiones, mi compañera de viaje, hasta con una salida internacional inclusive, me ha acompañado muchas veces con mucho entusiasmo como «Viajera del Sur» y ha sido coautora en éste blog aportando mucho trabajo con el material audiovisual, fotos y edición de vídeos. Pero ahora, en su Royal Enfield Himalayan de 411 cc (favor no rebajar con desprecio y/o indiferencia los 11 cc, éstos son muy valiosos!!), es una compañera de tú a tú, independiente, autónoma, con quien aspiro hacer unas buenas y espectaculares rutas. Ojalá el destino nos permita una buena travesía al sur del continente…
El grupo quedó conformado por 13 personas, distribuidos en 6 motos y dos camionetas. Salimos el viernes en la mañana, con tráfico moderado, por la vieja ruta del Alto de La Tribuna, hacia Albán. Como es de suponer, escogimos ésta carretera de menor tráfico para rodar mas tranquilos. Sin embargo, como era «puente» había un buen despliegue de Policía de Carreteras, con sus retenes y/o solicitud de documentación que nos llevó a descubrir que «algo» faltaba (seguro obligatorio vencido en un vehículo) y las consiguientes demoras en resolver estos impases. Afortunadamente, viajando en familia todo se resuelve fácilmente y con paciencia. En Cambao tomamos la nueva Ruta, que por la margen derecha (oriental) del río Magdalena, conduce hasta Puerto Bogotá / Honda. Es una deliciosa carretera del programa de las nuevas 4G del gobierno actual, terminada en un 95%… Como aun no se conoce, no hay nada de tráfico !! Pasando La Dorada, 10 kms adelante en la vía a Norcasia, nos desviamos por un destapado que conduce a San Miguel. Después de 20 kms de tierra, nos desviamos nuevamente por la hacienda conocida como Los Ingleses, y unos pocos kilómetros adelante se llega a un embarcadero sobre La Miel. Simplemente el camino desemboca en un lote, desocupado, sin habitantes, con unas «huellas» de cemento al fondo que permiten bajar/subir lanchas del río La Miel.
Uno debe comunicarse en el camino con el Hotel La Cachaza para el lanchero salga hasta este punto a recogerlo. Son detalles simples, que siempre hacen el paseo mas interesante cuando se visita este Hotel Ecológico por primera vez. A continuación, el programa es solo deleitarse con el entorno, con las instalaciones, con el diseño primario y elemental de sus cabañas, pero al mismo tiempo muy cómodo y acogedor. Casi todas tienen un balcón sobre el río, con unas hamacas deliciosas que invitan a la lectura y al sueño de deliciosas siestas…
La idea de la estancia en La Cachaza es disfrutar del agreste entorno. El río Manso y el Samaná desembocan en La Miel. En cada uno de los tres hay muy buena pesca. Son todos de aguas claras, muy frías, deliciosas para el calor externo, pues el ambiente esta entre 35°C a 40°C permanentemente.
Así las cosas, un plan imperdible es pasear en lanchas que se consiguen en el hotel ó con sus vecinos y de preferencia remontar uno de los ríos mencionados un buen trecho. No es extraño encontrarse con los dobles de Tarzán, el Hombre Mono…
Y cuando se sienta que el recorrido es ya suficiente, cuando se siente un poco el cansancio de la lancha, lo mejor es descolgarse por el río, dejándose llevar por la corriente, flotando y conversando mientras se observan garzas, los patos cuervos, a veces micos aulladores, etc.
Es el cúmulo máximo del relax… Una calma total y absoluta!! El tiempo pasa sin que uno pueda sentirlo. Y así se nos van los días de estas cortas vacaciones. Tal vez, lo único que podría ser sugerido al Capitán Syro, dueño del hotel, es pensar en una piscina para completar la relajación, en especial en los días que la lluvia pone turbias las aguas del río.
El último día, ya para irnos, la naturaleza nos mando un mensajero a despedirnos. No es muy corriente, pero pueden aparecer de vez en cuando. Y no es muy placentero tenerlas tan cerca, pero hace parte del entorno.
El regreso fue muy tranquilo, tal vez mas calmado de lo que esperábamos en un final de puente, pues salimos relativamente temprano para evitar las congestiones que caracterizan esos finales de temporada festiva. Y podemos decir, sin temor a equivocarnos, que Cata se graduó con honores!!
Viajeros del Sur 