Y de pronto eso que desde Bogota era un lugar remoto, apenas un puntico en el mapa entre Groenlandia y Noruega es AQUI.
El avion de Icelandair da un tramacaso feroz indicando indubitablemente que aterrizamos en este pais que desde el aire a lo unico que se parece es a las imagenes que hemos visto de la luna. Una superficie blanca y gris que no parece tener un solo punto liso.Todo luce rugoso y arido desde el aire y tambien desde abajo desde las ventanas del aeropuerto de Keflavik a unos 45 km de Reykjavik.Un frio tenaz y un viento impresionante.Y los pasajeros y tripulantes se dirigen en masa al free shop a proveerse de alcohol. Habiamos leído que es costoso en Islandia, pero no nos imaginamos semejante surtido de bebidas alcholicas entre el gate y la aduana.La gente sale cargada de latas de cerveza en su mayoria, vinos, whisky,vodka,etc.etc.
Nosotros llegamos equipados desde Noruega con un parde botellitas de Jameson, que nos recuerda a nuestra amiga Rosario y su Bernardo admirador de James Joyce y de su marca preferida de Whisky.Y no se equivocaba Don Bernardo Ramirez.Es delicioso.
Cambiamos un poco de dinero en el aeropuerto y al Flybus que presta el servicio entre la terminal y la ciudad…
Instalados en el hotel acordamos encontrarnos con Jorge Montalvo un bogotano que estudia y trabaja en Reykjavik, amigo de Andres Gomez del cole.
Estamos en Islandia.Parece un sueño estar aqui…