Paraguay

Reportaje de Gonzalo Bueno

Como les contaba en la crónica anterior se juntaron varios factores que nos llevaron a llegar muy tarde a Asunción. Primero, salimos con lluvia y mucho frío de Cascavel, Paraná. Al llegar a las cataratas, nos relajamos mucho y nos tomamos mucho tiempo en su visita. Se lo merecen!! Lo único interesante era que mientras todos los turistas compraban ruanas y capas de plástico para medio cubrirse y protegerse de la llovizna y las ráfagas naturales que vienen de las caídas de agua, nosotros nos paseábamos orondos con nuestros uniformes de lluvia. Esas chaquetas verdes que compramos en Lima para reponer las que botamos son muy llamativas. En más de una ocasión se nos acercaban los turistas despistados pensando que formábamos parte del «staff».

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La frontera es agitada. Millones de moto taxis se cruzan en medio de los carros, sobre un puente angosto y súper congestionado. Las filas para llegar a este embudo, desde diferentes avenidas de Foz que confluyen en la boca del puente, recuerdan las congestiones del paso de México a USA por San Diego, obvio, en menores proporciones. Muchos brasileros pasan a comprar chucherías de contrabando. Al iniciar el puente, sin tener en donde parar con tranquilidad, debe buscarse el modo («dar um jeitinho») de conseguir los sellos de salida, pues las hordas de comerciantes que van y vuelven, pasan sin parar, a ritmo acelerado pues lógicamente no necesitan esos procesos. Al otro lado, en Ciudad del Este, los trámites aduaneros fueron relativamente fáciles y arrancamos para Asunción. A los pocos kilómetros de carretera, con el aviso del primer peaje, nos dimos cuenta que en medio del agite no cambiamos plata y entonces no podríamos pagarlo. Nos tocó dar marcha atrás y esto nos hizo perder aún más tiempo, buscando cajeros y/o casas de cambio.

Finalmente salimos a la capital paraguaya, para luego de un tiempo descubrir que las motos no pagan peajes. En el sur del Brasil si se paga y mucho!! En Ecuador y Bolivia tambien se paga y en Perú y Argentina usualmente no.

En el proceso de observación del nuevo país siempre hay un análisis a las normas básicas más importantes, límites de velocidad, doble linea amarilla, formas de conducción, etc. Adicionalmente, uno se prepara para ver como las hacen cumplir y como reprimen las faltas. Radares electrónicos, fotos, policías con radar, retenes, etc. En el Brasil, por ejemplo, no se ven ya policías en las carreteras. Millones de controles electrónicos se encargan de regular los vehículos y la gente disminuye y respeta esos límites aunque sea en esos puntos ( generalmente los pasos urbanos). A la moto, al entrar, no le hacen ni siquiera el documento de Permiso de internación ó certificado de importación temporal. Solo me preguntaron (sin demostrarlo con nada, solo de palabra) si la moto estaba a mi nombre. No se siente el espíritu «represivo» e intimidador de los retenes físicos, con policías armados. En Paraguay aparecen estos retenes de Policía Caminera en abundancia. Y el ambiente de corrupción, abuso y ganas de «sacar algo» se siente. Es normal que un puesto de control, mas allá de la frontera, verifique si un vehículo de placa extranjera lleva el documento de internación. Pero este documento nunca lo pidieron en los cuatro retenes que tuvimos!!! Pero no faltaban las esculcadas a las tres maletas y los comentarios mierdosos:
«me dijeron que Uds. venían muy rápido». Que pena con usted, le informaron mal, les contestaba.
«Que velocidad consigue con esta moto?» No mucho… Lo que marcan los avisos, 40 km/h en las zonas urbanas y 60 o máximo 80km/h en las zonas libres….

Estábamos en el tercero de estos interrogatorios, cuando el policía empezó con unos comentarios aburridores sobre las FARC y el entrenamiento que le dan a los grupos paraguayos y algo sobre la cocaína. Realmente van consiguiendo que uno se moleste, que es lo que buscan, esperando una respuesta altanera y/o grosera para cogerse de esa ofensa y armar un problema serio. Eran tres, uno con los papeles originales de la moto, se paseaba y se iba para una patrulla por lo cual no se podía descuidar. Los otros dos esculcaban y revolcaban sin asco todo el equipaje uno de cada lado. Gabriela atendía a uno y yo al otro. De repente vi que el de los papeles volvió y el otro sin ningún tapujo le escarba en el canguro (cartera) de La Negra y empieza a preguntar en tono más alto y alarmado: «Y esto que es? COCA??? » Y el otro, el que nombraba al principio, reforzándolo con comentarios destemplados. Yo no entendía de que estaban hablando, mientras Gabriela trataba de explicarles que eso no era cocaína, sino Mate de Coca, que traíamos desde el Perú. Que era completamente inofensivo y se usaba para recuperarse del malestar. Que eso es el «soroche», el mareo que a veces se produce en las alturas extremas. Que nos lo habían regalado en un Hotel de Nazca, etc. Finalmente se transaron, haciendo el debido DECOMISO de esa mercancía y nos dejaron ir. Claro está que el tipo preguntaba que si él se lo tomaba que le podría pasar… Así son las requisas de carretera. Como es un país en el que hay mucha corruptela y mucho contrabando, trabajar en aduanas ó en esos retenes puede ser muy productivo, pero no con los Viajeros del Sur.

Con Hugo Montoya y Adriana Bueno
Con Hugo Montoya y Adriana Bueno

Pero bueno, lo importante era llegar a visitar a mi hermanita menor, a su marido Hugo Montoya y a dos de sus hijas, Camila y Juanita, pues la mayor, Olga, está radicada en Buenos Aires. Ellos llevan muchos años en Paraguay, más de 10 creo yo, por lo cual ya están muy arraigados a esta tierra. En el día de descanso llevamos la moto a la BMW local, para un servicio de aceite y frenos, con cambio de llantas ó cubiertas como las llaman acá. En crónica corta y separada haré un reporte de las llantas. En cuanto le trabajaban a la moto, nos llevaron a un completo Citytour.

Gabriela y Adriana
Gabriela y Adriana
Palacio Despacho Presidencial Paraguay
Palacio Despacho Presidencial Paraguay

Almorzamos un «rodizio» muy sabroso todos juntos, sacando a Camila de su trabajo y a Juanita del colegio, tan abundante y exagerado que a pesar del corto espacio para visitar esta ciudad, acabamos haciendo una pequeña siesta, muy recuperadora pues sabíamos que los que seguía iba a ser de los trayectos más largos. Por la noche, con la moto como un «Lucero» lavada y con llantas nuevas, pasamos por el instituto donde Adriana trabaja con niños autistas.

Con la Dra Camila
Con la Dra Camila
Gaba, Vivi, Adriana y Otra compaöera de trabajo
Gaba, Vivi, Adriana y Otra compaöera de trabajo
Con Juanita y una luna llena espectacular al fondo
Con Juanita y una luna llena espectacular al fondo

Al otro día, a la madrugada partimos para el norte argentino….


9 respuestas a “Paraguay

  1. Gabriela y Gonzalo, no me he perdido ninguno de los reportajes; de nuevo qué envidia de paseo y mejor aun con la posibilidad de visitar familiares y amigos. Por aquí han hecho falta porque sin el líder de los paseos la cosa no funciona.

    Un abrazo grande y que todo continúe saliendo rebien.

    NGP

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  2. Gonza, Gabriela, Adriana….etc Que bueno saber que se encuentran ya con Adriana, y pienso, creo ya se esta cumpliendo la meta larga de tan agradable viaje. Esperamos que en los retenenes de aduana de regreso, no «jodan» tanto. Muy agradable saber de los familiares expatriados…. y los reportes positivos de la famila de Rodrigo Montaño y Adriana. Mañana domingo 22 me voy de enduro con Daniel y Nicolas Montaño… Por ahora un cordial saludo y que las nuevas llantas se sigan portando al ciento por ciento. Arturo

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