Orocué del Carajo!

Reportaje de Gonzalo  Bueno 

En Colombia, explico para los lectores de otras tierras, los días festivos generalmente se trasladan al lunes siguiente. Pero ciertas fechas, por su trascendental connotación, son inamovibles. Eso ocurrió el jueves 20 de Julio pasado, Día de la Independencia. Y ese corte festivo en mitad de semana genera un «puente» que consiste en tomarse los 4 días de  «descanso». Como es de suponer, los Viajeros del Sur no descansan y organizan o participan en salidas motociclísticas de aventura. Esta vez colaboramos en la organización de una travesía a los Llanos Orientales de Colombia, que recibió el pomposo nombre «Orocué del Carajo!»

Calcomanía Oficial

Con mucho entusiasmo se hicieron los preparativos, rutas y mapas, reservas de hoteles, etc.  para una docena de pilotos. Sin embargo, el buen ánimo es pegajoso y acabamos siendo 18 motos en la grilla de partida. (Ver listado completo abajo).  Como es usual, salimos con motos de todas las marcas. Seis HONDA, Africa Twin 1.000 cc que dicho sea de paso, es la moto que estoy usando ahora. Yamahas Teneré y Super Teneré, KTMs, BMWs, Honda XR y Royal Enfield

Primer día –  409 kms

Conseguimos entre los participantes un carro 4×4  como soporte acompañante, pues los reportes climatológicos de la zona nos decían que las lluvias no habían parado, que íbamos a sufrir mucho en el camino y que un vehículo de apoyo era imprescindible. Con tantas prevenciones, salimos pues muy temprano el Jueves 20. En la primera parada, en una bella finca cerca del Sisga, nos esperaba un delicioso desayuno preparado por el anfitrión y organizador, Roberto Zuleta.

Finca en el Sisga – Foto de Jair Barrera

Después, rodamos parejo hasta Guateque y la represa del Chivor, por esa vergonzosa carretera de hermosos paisajes e innumerables túneles (creo que son 18), que se conserva llena de huecos a pesar de los muchos años en los que vienen cobrando peaje. Debo decir, en honor a la verdad, que esta vez ví «algo» de maquinaria, no sé que tan eficiente, trabajando en la carretera, cosa que antes no se veía.

Arturo Posada – Bajando por El Chivor – Foto de Roberto Zuleta

Después de la presa hay un buen trecho de destapado total, hasta San Luis de Gaceno y al llegar al pié de monte llanero nos recibe una carretera de asfalto espectacular que empata con la llamada Marginal de la Selva (que es la vía que comunica a Villavicencio con Yopal y Arauca).

Ferry sobre El río Metica – Foto de David Osorio

Paramos a reagruparnos y almorzar en Villanueva, Casanare. Un poco adelante, en Barranca de Upía desviamos al oriente y nos empezamos a adentrar al llano sobre unos 70 kms de offroad, luego del cual se atraviesa el Río Metica en ferry en un lugar llamado Cabuyaro.

Foto de Roberto Zuleta

Este tramo nos llevó a empatar con la carretera que une a Puerto López con Puerto Gaitán, en donde concluyó nuestra primera jornada. Muchos años atrás este pueblo se llamaba Manacacías; aun no entiendo porque le cambiaron este nombre tan autóctono, bello y sonoro por el actual, tal vez para homenajear a Jorge Eliécer. Afortunadamente el río de los delfines rosados, en su desembocadura en el Meta, aún lo conserva. Dormimos en el Hotel Villa Karen y descansamos mejor que en otras oportunidades. Ya no hay camiones/carrotanques circulando toda la noche con el petróleo proveniente de Rubiales.

Segundo Día –  108 kms

A la mañana siguiente 4 pilotos se devolvieron a Bogotá, por compromisos sociales. Los despedimos observando en ellos esa cara de envidia y de querer seguir viajando con nosotros. Al salir, Pablo José observó que se le había caído y perdió la placa, en la jornada anterior. De esta forma, tuvo que resignarse a viajar de vuelta con su moto encima de una grúa. Otro de estos aventureros que retornaron, Mateo, resistió con honores el offroad del día anterior, sin caerse ni una sola vez, pero no aguantó la presión del asfalto subiendo a Bogotá y tuvo un incidente/caída de raspaduras corporales, mas daños/rayones en la moto, que no fue grave, por fortuna. Los otros dos compañeros que iban con él, Gabriel y David lo ayudaron a recuperar el ánimo y la máquina. Llegó a Bogotá contento, a pesar de todo…  La primera jornada nos dejó muy contentos y satisfechos a todos. En los días siguientes, tres motos mas quedaron sin identificación, con las placas o soportes colgando, pero lograron darse cuenta a tiempo y no las perdieron.

Foto de Alejandro Ramirez

Los 14 pilotos restantes continuamos, con la camioneta, nuestra travesía por la colombiana Ruta 40, homónima a la argentina, que lleva a Puerto Carreño, en el Vichada. Salimos hacia las 8:00 AM, con muy buen desayuno, a una jornada corta en distancia total, algo mas de 100 kms, pero con picante: 100% en offroad, sobre una ruta complicada que ofrece todos los componentes buscados: charcos enormes, piedra, barro, arena, cascajo… La primera parte, hasta San Pedro de Arimena, tiene un terraplén  o bancada, con mucha piedra redonda de río que produce una vibración bárbara. Varios percances, de los comunes en estos viajes, nos hicieron parar a descansar y charlar a menudo. Pinchazo, perdida y recuperada de celular… Nos reagrupamos en Puente Arimena, pequeño caserío,  donde almorzamos. En la espera no podrían faltar ciertos «ajustes» y porque no? Una pequeña súplica a la nave para que se siguiera portando tan bien como hasta entonces…

Poco mas adelante encontramos el desvío a El Porvenir. Es un trayecto de sabana abierta, el clásico camino llanero de huellas que se abren y se juntan dejando al descubierto las «enterradas» de viajeros anteriores, camperos, camionetas, camiones o buses quienes en muchas ocasiones pueden durar horas atrapados en ese barro….El Porvenir es tambien un pequeño lugar donde se toma nuevamente un ferry para cruzar el Río Meta (un dato al margen: el Meta se forma de la unión del río Upía con el Metica y en este punto ya es enorme!!).

Sabana llanera – Foto de Roberto Zuleta

Una mala decisión en el camino, una mala escogencia de la huella, nos  puede llevar a un charco, que debidamente disimulado por el agua y barro superficial parece inofensivo, mas es un hueco profundo. El resultado puede ser desastroso, pasando el piloto por encima de la moto que queda bloqueada y aterrizando de cara en el lugar. O bien, pueden darse las tradicionales resbaladas de lado, que en este tramo estuvieron a la orden del día.

Armando Sarmiento – Foto de Carlos Cañas

El Porvenir, está frente a un brazo del río, formando una isla grande que impide que uno pueda a ver a Orocué del otro lado. No hay buena señal de celular y nunca se sabe si el ferry viene en camino, está esperando clientela en la otra punta, o simplemente, como estábamos al final de la tarde, ya hizo lo del diario se ha ido a descansar.  Esto genera una fuente de trabajo adicional a los locales: varias canoas medianamente grandes ofrecen servicios complementarios al ferry oficial, cobrando un poco menos por el riesgo implícito que la precaria embarcación conlleva, pero solucionando las necesidades a la gente que junto con sus porotos, productos o mercados, pasan animales, motos pequeñas, bicis, etc.

Foto Viajeros del Sur

Alejandro Ramírez y Cornelio Roa se lanzaron con sus motos en una «avanzada», a fin de avisar al ferry que había buena clientela por atender (nosotros). Fue una maniobra arriesgada pues la estabilidad de esas canoas con el peso de las motos grandes es mínima.  Salieron bien librados, puesto que al aproximarse al otro puerto el ferry ya estaba en camino y los sacudió bastante el oleaje cuando pasaron a su lado.  Venía con un tropel de cuatrimotos y varias camionetas en un Rally que se desplazaba en sentido contrario.

Foto Viajeros del Sur

En estos ferry, como puede verse, se transporta todo lo que se requiera. Así como algunos pasan en bicicleta, en moto  o en carro, puede encontrase alguno cruzando naturalmente con su caballo, que necesita llevar de un lado a otro.

Ferry multimodal…. Foto de Viajeros del Sur

En Orocué nos esperaban en el Hotel Villa Alejandra. A estas alturas, final del día 2, casi todos tuvimos que realizar ajustes y mantenimientos en las máquinas, algunos con problemas mas graves que otros, algunas piezas o tornillos sueltos, escape de aceite en las suspensiones y la consecuente limpieza de retenedores, o simplemente lavado y engrase de cadena. Adicionalmente, 4 pilotos mas decidieron, por una razón u otra, que éstos dos primeros días ya eran suficientes y decidieron volver a Bogotá por la vía mas rápida, buscando el asfalto al día siguiente. Quedamos entonces solo 10 pilotos para la ruta originalmente planteada …

Estando en el Casanare la fauna silvestre se nos fue presentando sin rodeos. Inicialmente, esa noche en pleno centro de Orocué, un dueño de restaurante nos ofrecía cachicamo (armadillo) para el almuerzo del día siguiente. Nos invitó a verlo y al principio pensamos que lo tenían vivo,  enjaulado…  Pero los pocos que nos arriesgamos a entrar a su establecimiento, nos encontramos con una desagradable imagen, que sin embargo sirvió para una pequeña discusión ambientalista, recordándole al propietario que es una especie en vía de extinción que no vale la pena ofrecer a los turistas. Algún día se dará el cambio, ojalá antes de que se acaben totalmente estas especies.

Tercer día  –  190 kms

En la tercera jornada de viaje ya se siente un poco el cansancio de los dos primeros días; pero es interesante ver como el cuerpo se va acostumbrando a éste ejercicio. Solo después de tres o cuatro días de viaje en moto, comienza uno a establecer rutinas de empaque, de revisión de la moto,  etc.  Esta tercera fue una etapa relativamente corta y muy agradable.

Cada vez menos pilotos…    Foto de Joaquin Zuleta

Al salir de Orocué fuimos a visitar el Parque Wisirare, donde funciona el Centro de Interpretación del Caimán Llanero y la tortuga Charapa. Un proyecto interesante de zoocriadero, con el cual buscan repoblar estas especies en la región.  Nuestro guía fue un niño de unos 12 o 13 años que se sabía el cuento muy bien y nos contestaba toda clase de preguntas con mucha seguridad. En este punto, nos dividimos y tomamos dos rutas distintas hacia Yopal. Una podríamos llamarla la Ruta de las tortugas

Tortugas silvestres en el camino – Foto de Alejandro Ramirez

y la otra que es la que está marcada en el mapa arriba, como la Ruta de las Coroncoras

Foto de Joaquin Zuleta

En Yopal nos esperaba el Hotel estelar, con su piscina y baño turco para un excelente descanso. Buena comida y unos espirituosos nos pusieron a descansar en forma!! Esa noche dos pilotos mas, Arturo Posada y Roberto Zuleta, el Gerente y Organizador del viaje, desistieron de la cuarta y última jornada por distintas razones… (Noticias posteriores hablan de daño serio en la suspensión trasera de la Superteneré)

Cuarto Día – 332 kms

Esa última etapa la realizamos subiendo al Páramo de Pisba por Labranzagrande. En la mañana del domingo, aún en Yopal y listos para salir, la moto de Camilo Posada sufrió un daño serio, quedando sin embrague, lo cual lo obligó también a quedarse y retornar en avión. Una pena grande para éstos 11 amigos, que por una razón u otra, tuvieron que desistir y no completaron la «vuelta». El final fue también un gran espectáculo. Debo resaltar el excelente manejo de Carlos Cañas en la Africa Twin. En todas las jornadas se divertía exigiendo con suavidad esa moto a muy  buena velocidad y todos los demás solo alcanzábamos a ver como se iba, nos dejaba y luego nos esperaba con sonrisa burlona…

Foto en busca de Autor Jair Barrera?
Foto Viajeros del Sur
Foto de Federico Posada –

Nos llovió, como es de suponer, donde mas daño hace la lluvia: el frío del páramo nos llegaba a los huesos, en particular en las manos, que con esos guantes mojados son un sufrimiento. Cerca al alto se empata con la carretera asfaltada que viene de Pajarito donde una «aguadepanela» con queso, muy nuestra, nos ayudó gratamente en la recuperación.

Foto Viajeros del Sur

El paisaje en éste tramo es simplemente alucinante. Muchas fuentes de agua y bosques nativos por doquier. Lamentablemente aún quedaba una última baja: Cornelio Roa rompió uno de los «posa-piés» y se le complicaba mucho seguir en off. De esta forma solo quedamos SEIS,  de los 18 que salimos, completando todo el recorrido. Eso sí, con la compañía de Joaquin y Mary en la camioneta quienes nunca nos abandonaron. Al medio día nos faltaba uno de los pasos que a mi criterio fue de los mas difíciles. Se trataba de uno de esos atajos que siempre buscamos, en la cumbre del páramo, para pasar del asfalto mencionado a Aquitania en el Lago de Tota. Mucho frío, lloviznando, mucho barro y un camino muy resbaloso: tal vez lo que es mas grave o lo que mas hace que se vea difícil, el cansancio de los cuatro días !!

Boyacá interior… Foto de Alejandro Ramírez

Sin embargo, en Aquitania una trucha deliciosa, pedida en múltiples presentaciones, nos reconfortó enormemente. Al salir, bordeamos el lado sur del lago, mejoró el clima y Alejandro Ramirez nos llevó por unos caminos muy rebuscados, pasando por Pesca, Toca y Soracá, para finalmente salir a la inevitable doble calzada de Tunja a Bogotá.  Fue una gran experiencia de un poco mas de 1.000 kms que nos puso a prueba, motos y pilotos, mientras disfrutamos de hermosos entornos y los maravillosos paisajes de nuestra Colombia.

FOTOS

Pilotos Participantes  –  Moto   –  Resalto y Felicito a los 5 pilotos que completaron conmigo TODO el recorrido.

Alejandro Ramirez  –  Yamaha Teneré

Armando Sarmiento – Yamaha Superteneré

Arturo Posada –  BMW R1200GS

Camilo Posada – KTM 990 Adv

Camilo Rico – Honda Africa Twin

Carlos Cañas  –  Honda Africa Twin

Cornelio Roa –  Honda Africa Twin

David Osorio –  KTM 990 Adv

Federico Posada –  KTM 1190R

Gabriel Martinez  –  Honda Africa Twin

Gonzalo Bueno  –  Honda Africa Twin
Jair Barrera  –  BMW R1200GS

Juan Camilo Verswayvel  –  Honda Africa Twin

Mateo  Uribe  –  Royal Enfield Himalayan

Pablo José Ibarra  –  Yamaha Teneré

Rafael Pérez  –  Honda XR 650

Roberto Zuleta  –  Yamaha Superteneré

Yasser Mohamed Chahin  –  BMW R1200GS
Camioneta:  Joaquin Zuleta y María Angélica Robin    Completaron recorrido sin abandonarnos !!

16 respuestas a “Orocué del Carajo!

        1. Pues hombre, la verdad es que, como le dije antes, se porto muy bien. Era la moto de menor cilindrada y no se arrugó para nada. Siempre estaba en el ritmo del grupo. La suspensión se le veía trabajando con mas exigencia que a las otras, yo la he manejado en otras circunstancias y se que sus frenos no son tan confiables y precisos, pero aun así se porto muy bien. En mi criterio es una excelente moto, la Royal Enfield Himalayan

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        2. Alejandro — comentario desde San Francisco. Las cronicas antes de esta son con una Himalayan que manejé por 8 dias en Nepal. La moto es una excelente «starter bike» para alguien que busca hacer una mezcla 70/30 on/off-road. Si el objetivo es mas 30/70 y el conductor comienza a subir de nivel donde busca velocidad en los destapados y jornadas mas largas, puede que la moto no sea la ideal. Como dice Gonzalo, la suspension deja algo que desear en el destapado agresivo. Pero en resumen, la moto es una nave – especialmente cuando se tiene en cuenta su precio. Si se mide en unidades de alegria por peso invertido, la Royal tal vez es la mejor moto en el mercado. 😉

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    1. Que tal Alejandro…debo reconocer que no tengo mucho experiencia en salidas como esta, y que mi nivel de manejo y kilometraje esta por mucho alejado del de muchos de los compañeros aca mencionados. Sin embargo, la moto respondió perfectamente a todos los obsatculos a los que me enfrenté, desde luego que tuve mis dificultades, despues de todo la suspension monoshock despues de un tiempo en trocha empieza a hacerle sentir a uno el impacto, la velocidad de la moto no se puede comparar con los demas ejemplares mencionados pero de ninguna manera me he quedado decepcionado…por el contrario quede feliz y mucho mas conectado con la moto y con el deseo de seguir llevandola por este tipo de experiencias!!

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  1. Gonzalo: ¡Del carajo el viaje! ¡Del carajo el relato! ¡Del carajo la envidia sana de no poder haber ido con ustedes! Abrazos. Francisco.

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  2. ¡Qué envidia!
    ¿Una F700GS, sin rines de radios, habría soportado ese paseo?
    ¿Era una actividad cerrada o invitaron por algún medio?

    Muy buena crónica.

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    1. Pedro, Gracias por escribirnos. Si, una F700GS con esos rines aguanta con seguridad. Más importante son las llantas que le ponga. Yo hice mi primer año como Embajador Ducati en una Multistrada S que aguanto muchísimas salidas similares. Las convocatorias son privadas pero siempre recibimos gente nueva, amigos y/o seguidores de Viajeros del Sur.

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  3. Andreas,
    Gracias por escribirnos. Fuimos con una camioneta Ford, doble cabina y platón sin doble. Nos sirvió mucho para cargar liquidos, equipaje, herramientas, etc. Afortunadamente no tuvimos que montar motos en ella. Las rutas son destapadas, huecos y barro pero la camioneta no tuvo inconvenientes.

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