Tatacoa Expedition

Reportaje de Gonzalo Bueno

El pasado fin de semana tuvimos un  «puente festivo», como se denominan en Colombia los descansos largos que incluyen un lunes no-laboral. Esta vez nos lo brindó el Sagrado Corazón de Jesús y todos, cristianos, católicos, judíos, ateos, todos, agradecemos en el fondo éstas fiestas religiosas que paran el país, la producción, la economía, etc. etc. etc. pero que nos permiten desconectarnos, viajar un poco y disfrutar nuestras motocicletas.

En esta ocasión un grupo de viejos amigos BMW me llamó  para que los acompañara en ésta travesía; adicionalmente pedían que les colaborara con el diseño de la ruta, que es lo que mas me gusta hacer en estos viajes. Hay un factor que casi siempre me obliga a participar y aceptar éstos planes: es cuando en el diseño veo que hay lugares/rutas de nuestra geografía incluidos que aún no conozco.  Ahora, que haya gente dispuesta a compartir la aventura de explorar lo desconocido con uno, es todavía mejor. La curiosidad me pica por dentro y no me permite negarme…

Sumapaz Prado

https://goo.gl/maps/AG2XMRrwwHk   (en este link abre el mapa interactivo)

Salimos 5 motos muy temprano, nuevamente por el ya muy mencionado en éste blog Páramo de Sumapaz: Yafar Dib y su señora Carolina, Andrés Pérez Angel, Carlos Hoyos, Juan Pablo Vallejo y éste cronista con su hija María José . Todos ellos en motos BMW de modelos variados y nosotros en nuestra Embajadora Roja Ducati.

Labrador
Labrador – Icono del Páramo de Sumapaz

Bajamos por caminos rurales de tierra a Cabrera por la ruta conocida y en Pandi desviamos a Icononzo y Melgar donde almorzamos. A continuación, es inevitable tomar la doble calzada a Girardot en un corto trayecto;  pero tan pronto tuvimos un chance, desviamos nuevamente al sur por caminos de terrecería que nos llevaron a Suárez y Purificación. Son carreteras de penetración a hermosas fincas, usualmente ganaderas y arroceras, situadas a lo largo del valle del Río Magdalena, que personalmente no conocía.  Al caer la tarde, poco antes del anochecer y a la hora clave en que servimos de merienda a los zancudos característicos de la región, estábamos entrando al Hotel Tomogó a orillas de la Represa de Prado. En ésta primera etapa hicimos 318 kms, con unos 200 kms de tierra aproximadamente.  Ya en la noche, después de comida, llegaron Sergio Gutiérrez y Paola quienes salieron tarde de Bogotá por motivos laborales y sacrificaron los primeros kilómetros de offroad.

Represa Prado
Represa Prado

Al día siguiente, después del desayuno, iniciamos nuestra segunda jornada rumbo a la población de Dolores, Tolima. La carretera, aunque presenta algunos tramos de asfalto, esta en condiciones precarias.

Prado Dolores Baraya Tatacoa Prado
Prado  –  Dolores –  Baraya  –  Tatacoa  –  Prado

Curiosamente, el día anterior nos enteramos que Claudia Duran, hija del contador de mi oficina, trabajaba con la Alcaldía y por recomendación de su padre nos esperaban en el Palacio Municipal a nuestro paso. Muy atentos, todos los funcionarios administrativos de Dolores estaban de plantón, con el alcalde Gelman Betancurt a la cabeza, pues tenían un evento ciclístico; pero ésto sirvió para recibirnos y atendernos, como si fueramos el evento principal del día. A cada uno de los 9 motociclistas visitantes nos tenían de regalo un paquete con detalles típicos de la región: bizcochos calentanos, café orgánico, pandeyucas, polvorosas y un queso asado… (que se terminó de asar en las maletas de las motos al cruzar el desierto)

Alcaldia de Dolores
Alcaldia de Dolores

Muy bonito gesto de los doloreños con sus esporádicos visitantes. Lamentablemente, no nos pudimos demorar en el poblado mayor cosa, porque el recorrido del día era muy largo. Pero fue muy interesante hablar con el Alcalde y sus funcionarios de la historia reciente de Dolores, como la violencia la ha golpeado en muchas oportunidades y en períodos diferentes, primero en los años 50´s del siglo pasado con las refriegas bi-partidistas de liberales y conservadores para despues, en los años 80’s y 90’s  pasar a ser un blanco dilecto de la guerrilla de las FARC.  El predio de la Alcaldía y la Estación de Policía son relativamente nuevos, reconstruidos recientemente y uno nota en las casas vecinas, aun sin reconstruir, los vestigios de la destrucción que padecieron e imagina como pudo quedar el pueblo, arrasado por los «tatucos» (bombas hechas con cilindros de gas caseros).

Su recuperación constante de estos últimos años es notoria. Todos hablan con mucho optimismo del futuro inmediato, de proyectos de carreteras y programas de gobierno… Dicen que llevan tan solo unos 4 años de tranquilidad y verdadera paz!!  Ojalá este optimismo, esos proyectos y esos sentimientos de tranquilidad les duren muchos, muchos años.

Grupo Manes

Nuestro recorrido continuó por el piedemonte de la cordillera oriental al sur, pasando por los municipios de Alpujarra, que estaba de fiestas y ferias llegando a Baraya ya en el Huila. Este pueblo es el límite oriental del Desierto de la Tatacoa, de esta forma podemos de decir que lo cruzamos completamente de oriente a occidente, hasta Villavieja. Con un día muy despejado, un sol fuerte y bastante calor.

A 40°C a la sombra !!
A 40°C a la sombra !!

Despues de Villavieja hicimos un buen trayecto sur-norte, yendo inicialmente paralelos a la Ruta Neiva Espinal, para luego ir buscando el regreso a nuestro punto de origen.  Todo este divertido recorrido hasta el famoso puente y túnel de Golondrinas marcado en el mapa, son carreteras de tierra que en algún momento se construyeron sobre la via férrea que comunicaba al Huila.

Puente Golondrino y Túnel al fondo

Por eso el puente sobre el Río Magdalena es muy angosto, imposible para camiones grandes y tiene el atractivo de los viejos túneles. Poco mas adelante encontramos el asfalto mencionado y al caer la tarde estábamos de nuevo en nuestro Hotel a la orilla de la represa Hidroprado.

Cuentos, anécdotas del día y de otros viajes, no faltaron en la cena. Como es de suponer, el cansancio de ésta segunda jornada nos mandó temprano a la cama. Para el lunes teníamos programada sólo una «etapa de transición», únicamente rodando por asfalto para enfrentar de la mejor manera el regreso a casa, en medio de los trancones y congestiones que se forman en nuestras apretadas carreteras, cuando miles de turistas regresan a la capital. Así las cosas, el grupo se dividió y nosotros salimos con Yafar apenas desayunamos. El aguacero entre Girardot y Melgar era descomunal. Coordinamos a la carrera un «Plan B» y nos quedamos durante el resto del día en Girardot, en la casa que el Primo Mauro tiene en Peñalisa y regresamos tarde en la noche a casa con los mencionados miles y menos lluvia…

 


2 respuestas a “Tatacoa Expedition

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