Reportaje de Gonzalo Bueno
Seguimos haciendo kms y kms bajo un sol intenso y finalmente llegamos a Brasilia.
El camino va variando poco a poco. Pero así como nos pedían no atropellar armadillos, en otras ocasiones nos piden no acabar con los micos, con estos simpáticos avisos. En esas estábamos cuando tuvimos un momento mágico, maravilloso. Al caer la tarde, rodando a 110 km/ h y viendo un bello atardecer, un tucán comenzó a volar paralelo a nosotros. La emoción y lo mágico del momento es por ser este el animal escogido por Catalina, mi hija, en la elaboración del logo de esta travesía.
El promedio de velocidad es alto, pero existe una «fiscalizaçao eletrónica» que según parece, le toma una foto a los infractores y les manda la foto a la dirección de registro del vehículo. Si nos llega alguna, seguro sirvirá para ambientar el blog.
Ya le di otra lavada a la moto, en el pueblo de los parientes de Gaba, llamado Cáceres, a dónde llegamos temprano. Esta en las orillas de un enorme y navegable Rio, el Paraguay. Al salir por la noche a comer en el parque principal vimos un desfile de los «motoqueiros» del pueblo. Unas 10 moticos, alguna reviejas. Nos saludamos solidariamente y al rato nos llegó el que parecía ser el líder del grupo. Con un chaleco de cuero sobre el propio cuero pelado, bajo esos 40*C que nos acompañan desde hace días ( bueno, un poquito menos al caer la tarde, digamos 39,5) y muy gentilmente nos invitó a nombre de todo el grupo llamados Los Buitres de Cáceres a que pasáramos por la sede de ellos, situada a un par de cuadras. Lamentablemente al salir, seguimos sus instrucciones y no encontramos la tal sede… Y Gaba respiró aliviada….
En el intermedio nos quedamos en un pueblo muy pequeño, Barra do Garça, en un «hotelucho de pareos». Esta es la clasificación de los peores. Quiere decir que es de aquellos en los cuales Gaba no pone la cabeza en la almohada, ni acepta sábanas sino que coloca sus pareos estratégicamente para evitar contactos directos. Entrada por un corredor de centro comercial, con venta de perros y cervecita en el primer piso, mesas en el anden.
Pero así tocaba para poder ponernos al día. Ya recuperamos los kms que habíamos perdido y seguimos con nuestro itinerario original.
En el último trecho, para llegar a Brasilia, tuvimos nuestra primera «varada», nada grave. Tenía para variar la música, dado que el computador sacó la mano en Quito, la opción de conectar un iPod al equipo de comunicación. Desafortunadamente el cable ensortijado, que era demasiado largo, se soltó del reproductor y se enredó en la llanta trasera.
Dió un montón de vueltas y se «totió». El camello fue sacarlo del sitio donde se entorchó, entre el disco del freno y la rueda misma. Lógicamente y perdonen la insistencia, lo más sabroso de estos climas es meterse debajo de la moto a esos deliciosos 40*C, con una llanta hirviente, un disco de freno ídem. Pero salimos airosos de este lance. Un poco sudados, si, pero airosos !
En Brasilia estuvimos también temprano y alcanzamos a salir a pasear un poco. Separamos para hoy un City tour, pues la idea era descansar de la moto y que ella descansara de nosotros también. Visitamos entonces la ciudad futurista prefabricada, obra de Juselino Kubicheck, presidente de Brasil entré 1.956 y 1.962 que le metió toda la ficha al asunto apoyado en el arquitecto y diseñador Óscar Niemayer.
JK siempre tuvo miedo de que sus sucesores abandonaran el proyecto y todo el esfuerzo y el dinero invertido se perdiera. Por eso consiguió recursos y puso a la gente a trabajar día y noche por turnos. La ciudad, que nació literalmente en un peladero (que por acuerdos legislativos ya había sido escogido y aprobado 100 años atrás, por lo que JK decía solo estar cumpliendo con la constitución y las leyes), fue inaugurada 4 años después de iniciar su construcción. Dos súper avenidas la cruzan de lado a lado. Y en el eje central los edificios de los ministerios, (solo son 39 ministerios), la catedral, el congreso, museo, el Palacio de Planalto, de dónde despacha la presidencia.
Lo que se hizo en los años 60 se mantiene; no podemos decir que conservado en optimas condiciones, pues futuristas y tal, no dejan de reflejar los 50 años de su uso. La mayoría podría tener mejor conservación, más aún cuando Brasilia está ya clasificada como Patrimonio de la Humanidad. Dentro de la ciudad no se construyen nuevas edificaciones, sólo algunas se reforman. Su población es de 600.000 habitantes y es estable, con sus centros habitacionales de la zona norte (identicos en el sur), sus centros comerciales zona norte (idénticos en el sur) y así… Sin embargo, las ciudades satélites que la rodean, llamados barrios periféricos de Brasilia, albergan 2.000.000 de habitantes más. Les dicen barrios pues no tienen ni alcaldes, ni concejales, sólo administradores.
En la tarde estuvimos en la Embajada de Colômbia saludando a nuestra embajadora María Elvira Pombo, la hermana chiquita de mis compañeros refousianos Germán y Roberto. Fue una visita muy agradable y relajante en este trajín. Conversamos un buen rato, contamos de nuestros pormenores de viaje y oímos de los planes futuros de la embajadora. La residencia de la embajada es una casa muy bella y amplia en el mismo lote donde funciona el despacho, en otra casa. Así funcionan todas las embajadas, en lotes asignados y planeados desde la construcción de la ciudad. No sobra decir que está situada en el sector de embajadas sur, SES 803 lt 10, (y así es la dirección, Sector de Embajadas Sur, número 803, lote 10), pues imaginamos, hay otro sector que debe ser igualito en el norte, SEN….
En fin, esta es una ciudad que vale la pena visitar y conocer. La forma como fue planeada, desarrollada y hecha en tan poco tiempo lo transporta a uno y lo pone a pensar como gobernante, como arquitecto, como obrero raso moldeador de este mounstruo de mil cabezas…. cómo asume su papel cada uno de los integrantes de este gran equipo, para la realización de una obra que ya pasó a la historia.
Viajeros del Sur 
El recurso de los pareos es parte del «know how» que Andrea aprendió de Gaba. HAce poco fuímos al Tayrona y lo primero que hizo fué echar sus pareos. Los uso mucho, quiero decir.
Mucha suerte a los dos en lo que les queda de viaje. Pásenla bueno.
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Julio, me reí mucho con su comentario. Pobre Andrea sufriendo en el Caribe!
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Si se rió mucho con lo de los pareos espere que le cuente la del secador en perú jejejeje 😉
Que buen paseo, queremos reporte del estado de las carreteras..
gracias y buen viento y buena mar!!
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Esteban, yo me entere del secador, por su crónica y/o por las historias post-viaje. Realmente sobrepeso no traemos, pero siempre es mucha cosa cuando Ud. viene preparado para frío intenso y para calor intenso….
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¡Maravilla!
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Gracias, María.
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Hermoso viaje los felicito por esos esfuerzos de viaje ¡adelante !
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Espero que se les enfríe un poco la cosa más al sur. aunque no se que tanto más pal sur hechan. Se que no es tanto como los pasados. Y a gaba va a tocar conseguirle más pareos para poner sobre pareo o pa remplazar a los que ya han hecho mucho contacto! Menos mal no van con don pedro en este. 🙂
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jajajajajajaaj
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Que envidia. Entre más feo, más paseo.
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