Viajeros del Sur

Recorrimos desde San Petersburgo en la frontera norte con  Finlandia hasta Astrakhan en el mar Caspio y creo poder dar una visión objetiva de la experiencia.

 

Cada kilómetro deja el sabor de la alegría de este pueblo, de su solidaridad de su amistad y del deseo sincero de hacer sentir bien a los que lo visitan.

Y como de personas se trata la vida ,  recojo las palabras de mi admirado músico y poeta  Vinicius de Moraes: «La vida  Amigo, es el arte del encuentro». 

 

Lo que les voy a contar es acerca de los encuentros, de esos encuentros que nos dejan huella y que hacen de esta experiencia de viajar algo maravilloso:

El solo cruce de la frontera, que conté en la crónica » De angeles o Casualidades»  fue la introducción a las extraordinarias sensaciones que se viven en éste país.  Un gesto que hasta ese momento veiamos como la expresion individual de unas personas, tal vez especiales, que se nos acercaron en ese momento.

 

Pero llegamos a San Petersburgo y en la BMW  el Master Mechanik dejó la moto impecable, trabajada con dedicación, ofreció ademas un descuento extraordinario, botella de aceite de regalo, fotos, historias de viajes, etc etc.

Moscu merecería, por sí solo, una cronica. Parquemos la moto  en la famosa calle Arbat y al segundo se acercó Konstatin.

 

 

 

 

 

Invitación a un cafe, pero nosotros queríamos caminar un poco, así que agradecimos mientras él decia: Yo los espero.

Yo los espero fue que nos invitó al cafe, inmediatamente nos preguntó si llevávamos teléfono ruso para nuestro recorrido y como le dijimos que no, nos sacó de una del cafe a una tienda de teléfonos. Salimos con número celular  russo, pero fue imposible que nos dejara pagar. Ya estaba pago, solo con el compromiso de reportarnos diariamente para saber como íbamos. Pues agradecimos de todas las maneras posibles mientras Konstatin nos decía que no podiamos irnos de Moscu sin conocer la Universidad, con la mejor vista de todo  Moscu y el sitio de encuentro de muchos motociclistas. Imposible negarse despues de tantas atenciones. Gracias Konstantin!!

La vista realmente espectacular, la gente increible, el ambiente maravilloso. Pero ya era tarde y a la mañana seguíamos hacia el sur. Ni modo.  El Night Wolff Club es una experiencia que no podemos perder, nos impetó.Viene gente de todo el mundo a ver este lugar único.

Digamos que es un «Andres» de motos.  Un antiguo taller mecánico gigantesco con restaurante, discotecas, (si en plural),  lugar de encuentro, toneladas de chatarra, camiones, gruas, etc etc. Baste decir que Putin es miembro del club. Tiene ademas cuartos donde es posible quedarse a dormir (no hay que pagar).  Finalmente pudimos aqui invitar a Konstantin.. casi que no lo logramos. Conocimos al vicepresidente del club (dentro de los clubes de motos este es el mas importante de Russia). Al presidente del club lo llaman el Cirujano (es realmente cirujano, Harlysta, tatuado y con mas pinta de carnicero que de médico…jeje). Comía en la mesa de al lado una Abuelita. Tiene el record de viajar en moto desde el año 1.947 al 2008  ininterrumpidamente. Fotos con todos.

 

Nuestra primera parada despues de Moscu, fue Tambov un pueblito que dejamos solo para pernoctar. Paramos en un hotelito en el que habia una fiesta de matrimonio. No alcanzamos a bajarnos de la moto y la novia ya estaba  montada en ella.

 

 

 

Al dia siguiente llegamos a Volgograd, símbolo de la resistencia Rusa a la invasión alemana en la 2 guerra…

 

 

A la mañana siguiente compartimos el desayuno con unos militares que patrullan la zona. Aunque nos ofrecieron insistentemente, no quisimos tomar Champaña a las 8 de la mañana,  así que amablemente nos dieron una botella para el camino!!!  No quisieron fotos de recuerdo.  Son Militares.

 

 Bueno no quiero que ésto suene solo como  las «ventajas» de viajar por un país de gente tan generosa. No es así. Es que las sonrisas, los diálogos por señas, la admiración de las personas es indescriptible. Los pedidos de tomarse una foto con nosotros. Los «spasiva» (gracias) que recibimos,  sin merecerlos,  a cada momento.

 

Astrakahan, donde empieza la Russia oriental es el encuentro con otra raza de éste vasto pais, pero la gente sigue siendo igual. Llevamos a lavar la moto a un lavadero y al tratar de pagar inutilmente alguien tradujo:

 

 

» Hospitalidad Rusa»…. ni modo. Hemos conversado con personas de todos los temas imaginables sin hablar una sola palabra de Russo. Prueba de que no hay que hablar la misma lengua,  sino tratar de escuchar y querer entenderse.