Viajeros del Sur

Reportaje de Gonzalo Bueno

«Mompox, tierra de Dios,

donde se acuesta uno,

y amanecen dos… «

Mompox ó Mompós ?   Mompox es un destino turistico por excelencia en Colombia.  Su nombre proviene del cacique Mompoj de la tribu Malibú, quien originalmente tenía éste lugar como su centro de operaciones, desde donde dominaba varias tribus indígenas circunvecinas. Los españoles cambiaron inicialmnete  la «jota» por la «equis» y recientemente se ha venido imponiendo el cambio de ésta por la «ese» final. Personalmente me parece mas auténtico, original y sonoro el  Mompox. Está ubicado al sur del departamento de Bolívar, en una isla formada por dos brazos del rio Magdalena, el brazo de Mompox a la derecha y el brazo de Loba al otro lado.

Es un pueblo hermoso, con una cantidad de historia a cuestas, una buena cantidad de iglesias conservadas aceptablemente que  no esconden sus cuatro siglos repicando las campanas en matrimonios, bautizos y entierros. Son muchas las casas que aun preservan su arquitectura colonial con orgullo, combinando la modernidad con lo clásico: esto es, aires acondicionados y ventiladores para mitigar el calor, internet, cerámicas nuevas en pisos y baños,  pero sin cambios agresivos en los diseños arquitectonicos coloniales originales.

Tanta belleza lo hace resaltar y no solo aparecer como un destino turístico. Por su conservación y legado histórico fue declarado Monumento Nacional a mediados del siglo pasado y posteriormente fue nominado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.  Pero lo que es vergonzoso de registrar acá, es que se debe ser un poco osado para visitarlo, pues sus vías de comunicación son un desastre. Trataremos en esta crónica dar un detalle de lo que fue para nosotros llegar hasta allá en nuestras motocicletas BMW 1.200.

Salimos de Bogotá (Pedro, Juanita, Gabriela y yo)  muy madrugados,  pues la carretera de Guaduas a Honda solo la abren en horarios restringidos, de 5:30AM  a  7:30AM debido a las secuelas que nos quedan de los desastres invernales del último año. No sobra decir tambien, que por causa de ese mismo invierno, ya habíamos tenido que cancelar esta visita a Mompox en dos oportunidades anteriores. Por eso mismo, en esta ocasión sentíamos que estábamos obligados a llegar a nuestro destino, a cualquier precio. La ruta normal es por la troncal del Magdalena, ahora llamada  «La Ruta del Sol», en una nueva conseción que le construirá la doble calzada y rectificará la carretera que desde Bogota nos lleva  hasta la Costa Atlántica.Despues de 650 kms de recorrido, en un pequeño pueblo denominado El Burro, nos desviamos al occidente hacia Tamalameque, poblado a orillas del río Magdalena. Y acá comienza lo bueno…

En la teoría y en los mapas, existe un carreteable ó carretera destapada, que desde Tamalameque conduce a El Banco. Les garantizo que van a  encontrar estos datos en cualquier mapa vial colombiano y aun en Google Maps ó en los GPS con mapas del país. Y de allí, sale otro carreteable similar que conduce a Guamal. Todo éste recorrido es por la margen derecha del río Magdalena,  y en Guamal hay un puente sobre el brazo de Mompox que ofrece el único acceso vial a la isla. Y digo «en teoría» pues encontramos que el invierno ha convertido estas vías en unas trochas por donde no pasa NINGUN vehículo de cuatro ruedas, por mas campero 4×4 saltamontes que se tenga. Solo se ven motos pequeñas que ofrecen sus servicios de «moto-taxi» a los arriesgados pobladores locales que cuando tienen una urgencia muy grande, se animan a salir de sus anegadas tierras a realizar alguna diligencia en los centros urbanos.

Nunca imaginamos que la cuestión fuera tan complicada. Realmente se hace un poco más duro  por el peso de nuestras motos, el peso de las maletas laterales con la ropita y algo de herramientas  y el de las pasajeras, quienes en muchas ocasiones tuvieron que bajarse a caminar. Tambien ayudaría (pero no resuelve), llevar unas llantas mas acordes al tipo de terreno, con labrado mas «endurero», que obviamente no teníamos. Pero no había vuelta atrás. Teníamos que llegar a Mompox como fuera…

Las caídas de moto quieta, a 0 km/hr, producto de la falta de apoyo en el terreno irregular y exceso de peso, se pusieron a la orden del día. Visité el piso en varias ocasiones, afortunadamente sin consecuencias serias, pues en éstas caídas tontas de moto se pueden dañar piezas caras, que golpean tanto el bolsillo como el ego. Pero empeñarse en sostener esos 300 kilos con una pata sin apoyo firme, puede acabar fácilmente en una fractura doble de tibia y peroné.  Prácticamente desde el primer porrazo, que delata inmediatamente al «turista-cachaco-despistado», surge de la nada mas de un personaje dispuesto a colaborar y guiar al necesitado cachaco. El «rebusque» ó sea la manera de buscar como ganarse unos pesos de alguna manera, esta siempre presente en la zona.  Es así como conocimos a John Jairo, un mototaxista que nos acompañó y nos ayudó todo el tiempo.

Llegamos a El Banco pasadas la seis de la tarde e intentamos seguir a Mompox sin detenernos siquiera a tomar una gaseosa. Sabíamos que había un paso delicado cruzando un caño de unos 15 a 20 metros, que debía efectuarse en una especie de balsa sujeta a un cable de acero superior. Llegamos a este lugar ya a oscuras, alrededor de las 7:00PM;  observamos las precarias condiciones de cruce y comenzamos a pensar que lo que seguía podría ser tan malo ó peor que lo que acabábamos de recorrer, con el agravante de que el balsero se iba a dormir y no había por tanto posibilidad de retornar despues a buscar hospedaje en El Banco. Estábamos ya muy cansados, despiertos desde las 4:00AM y si bien los 650 kms iniciales de asfalto cansan, los últimos 30 kms de trocha nos tenían ya agotados. Así las cosas, nos devolvimos a buscar un hotelito en El Banco con una buena ducha…

Al dia siguiente John Jairo se nos presentó temprano al hotel, en compañía de un hermano y preparado para «las que fueran», con un hatillo de herramientas amarrado con bandas de caucho al chasis de su Jincheng. Los reportes locales, despues de mucho preguntar y tratar de entender bien el asunto, nos indicaban tomar una ruta distinta a la pensada en la noche anterior, esta vez sin balsa, un poco mas larga pero menos complicada para este tipo de motos. Y nos dejamos convencer !!

Si bien en el primer dia tuvimos complicaciones en una trocha de muchas piedras en esta segunda etapa la característica principal fue el barro. Dimos una vuelta enorme para llegar a Guamal, que nos tomó mas de 5 horas. El medio día en ésta Costa Caribe colombiana es muy, muy duro de soportar. Mas aun, manejando moto por trochas muy embarradas, visitando alternativamente el piso nuevamente en varias oportunidades, con un sol abrazador y 35ºC de temperatura a la sombra, con una humedad muy alta; para completar,  sin desayuno pues no había restaurante en el hotel y no encontramos en sus alrededores donde hacerlo. El escaso líquido que llevamos, una botellita de agua por moto,  se agotó con los primeros esfuerzos y aunque conseguimos tambien unas naranjas en una finca del camino, sentíamos que estábamos deshidratados. Como buenos incautos e inocentes cachacos, nunca nos imaginamos que ésta segunda jornada nos resultara peor que la primera. Y fue bastante dura, les digo.

Llegamos a Mompox  sobre las cuatro de la tarde. El último tramo es nuevamente asfaltado, pero sobre este asfalto se encuentran numerosos cambuches que han sido construidos por los campesinos que tuvieron sus fincas y parcelas completamente inundadas. Hasta ahora estan comenzando a recuperar sus tierras, pero vemos como ésta ola invernal los golpeó muy fuerte.  Ubicamos rápidamente el hotel y despues de un reanimador baño salimos a caminar y a comer.  Que bien!!  Finalmente llegamos !!!! En estos momentos ya empieza uno  a olvidarse de los esfuerzos hechos para llegar. Ahora es tiempo de descansar y «turistiar» un poco. Al día siguiente caminamos el pueblo por todos sus rincones, visitamos iglesias, casas, diferentes hoteles, cementerio, etc.  y en la tarde nos medimos a un eco-paseo en lancha por el rio, visitando la ciénaga de Pijiño. Hay cantidad de especies de aves, iguanas y micos. Pero el ecoturismo sirve tambien para observar la miseria y la pobreza en la que viven muchos colombianos, en estos caserios de las riveras del río Magdalena y de las ciénagas vecinas. Era domingo, día de baño, shampoo y lavada de diente en unas aguas no muy cristianas.  Día de reflexión, relax y descanso de moto…

En el fondo, nosotros queríamos eludir la pregunta que inevitablemente seguía a continuación: Y ahora, por donde carajos salimos de ésta isla ?? Teníamos muy claro que no había ningún interés en devolvernos por la misma ruta. Quedaban dos alternativas: Una, por la parte nororiental de la isla, donde hay un ferry que cruza a un lugar llamado Santana. Pero la carretera que desde ahí va hasta El Difícil,  son 57 kms de destapado en mal estado y estaba cerrada por la caída de un puente. Descartada!   La otra alternativa, por la parte noroccidental, con otro ferry que sale de un caserío llamado Bodega a Magangué. Bodega está situado a una hora aproximadamente de Mompox y el ferry habitual, de buena capacidad,  estaba varado y lo reemplazaba en esos días un ferry pequeño que salía en cómodo horario, a las 6:00AM.   Por consiguiente había que llegar con anterioridad pues el pedido que tiene es grande y la capacidad escasa.

Nuevamente estábamos en pié a las cuatro de la mañana y a oscuras, despues de una noche de temporal tropical, salimos a buscar ese ferry.  Con mucha rogadera y bajo un aguacero tenaz, conseguimos que nos embarcaran las motos en la pestaña levadiza que usan los ferrys como puente de salida!!  No se como explicar el alivio que se siente al salir… Piensa uno en la gente que vive en esa región y siente como si se hubiera visitado otro país. Que abandono tan grande, comenzando por las vías de comunicación.

Mompox, un pueblo que tuvo un apogeo tan grande, que desarrolló las técnicas artesanales de la filigrana en oro y en plata, que ha tenido gente notable e ilustre como Totó La Momposina ó que en alguna oportunidad fundó una universidad en el municipio, debe sentir con tristeza como la hemos abandonado.  Hay una pobreza grande de muchos, que se ve en ranchos y cambuches inundados por el invierno que contrasta fuertemente con la riqueza de las casonas coloniales del pueblo y las fincas ganaderas de otros…

Por todo esto, les digo: Vale la pena ir. Esos son los contrastes de nuestro país. No deje de visitar a Mompox y sentir que tambien es suyo este pedazo de Colombia!!

Video documental: