Viajeros del Sur

Reportaje de Gonzalo Bueno

Salimos de Seattle sin mucho afan, despues de un buen desayuno en el Hotel y nos dirigimos a la fábrica de Boeing. Llegando a la misma, encontramos un pequeño museo de aviación militar con una exposición de aviones clásicos, reconstruidos y mantenidos como si estuvieran saliendo de la fábrica en esos momentos o bien en mejores condiciones. Todos estan  perfectos y vuelan en las exhibiciones acrobáticas que regularmente organizan en USA  !!

Entramos despues a la famosa fábrica de Boeing, descrestadora de principio a fin, pero sin poder reportarles gràficamente nada pues no dejan entrar cámaras fotográficas y ni siquiera los celulares que puedan hacerles la trampilla. Cada pabellón, donde se fabrica una serie en particular, 737, 747, 787, es un super-galpon mas o menos abierto, que puede tener un kilómetro y medio de largo, mas de 500 mts de ancho y por lo menos 4 o 5 pisos de altura, con tuneles, ascensores, corredores al medio, en fin…  Como dije al iniciar, un descreste total !!Los turistas van entrando por cochadas de 40 a 50 calentanos por tanda, desde un centro de exhibición exterior, y nos llevan en buses especiales a traves de las pistas privadas del aeropuerto particular de pruebas Boeing. Un guía acompaña  al numeroso grupo y le ofrece la explicaciones del caso, contando los pormenores de la fábrica, de la forma come realizan la producción misma y las cualidades de cada tipo de avión. Es realmente  muy interesante ver esa elaboración «en serie» de mounstruos del tamaño de estos bichos.

Seguimos despues para la frontera, con el «credo en la boca» por la incertidumbre de saber como nos recibiria Canadá y sus autoridades, con las dos motos a nombre de un tercero (Mateo) que no se presentaba con nosotros.  Efectivamente, les pareció mas raro que «un perro a cuadros»  !!  Primero cogieron a Mauro y a Maria Paula, los interrogaron y los sacaron a un lado. Despues nos llevaron con Gabriela a hacernos la mismas preguntas y cotejar la informacion cruzada. Me pidieron datos de Miriam, a donde llegabamos en Vancouver y como saqué los datos de mi celular, me lo decomisaron temporalmente, me imagino que para revisarlo mas a fondo en otro lado.  Un poco agresiva la vaina, pero en el fondo tenian razon… Yo tambien hubiera sospechado mucho de esos colombianos, con motos «prestadas» metiendose al pais, pero diciendo que volverian un par de semanas despues. Finalmente nos dejaron pasar, ya con sonrisas y hablando en otro tono. En pocos minutos estabamos en North Vancouver, entrando a la casa de Miriam Gil y Dennis, quienes nos recibieron como a los dioses, con un pollito al BBQ espectacular.

Parece que Mauricio hubiera metido palancas o hecho telepatia,  para que le hicieran su menu favorito. No dejo ni los huesitos !!