Dia 5 de Enero – En Tierra de Dragones

Reportaje de Pedro Sosnitsky

Mai Chau-Son La  170 Km al oeste de  Mai Chau

Nos despertamos temprano por última vez. Si… es que durante toda la noche nos despertamos cada rato… Por los gallos, que se despertaron y cantaron como a las 2 AM, por el piso de bambú que aunque flexible, no lo es tanto como el colchón Spring pisado, y también  porque estrenamos nuestros sacos de dormir de seda, lo ultimo en confort para estas circunstancias… Pero toca cogerles el tiro, sobre todo si uno se mueve durante la noche…En fin tan pronto amaneció y la luz entró por las miles de rendijas, nos levantamos para el «desayuno». Pink nos había dicho que estuviéramos listos a las 8:00 AM pero no apareció. Como se quedo tomando la noche anterior no  fue capaz de levantarse.

Nos lavamos los dientes, le escapamos a la ducha comunal y no fuimos capaces de tomar nada del desayuno allí.

Así que caminamos un poco por la aldea y luego nos comimos un stiky rice. Una nueva aplicación del bambú. Esta comida se prepara rellenando una varita de bambú con  arroz. Una manera práctica de mantener y transportar el arroz manteniendo algo de su calor. Al momento de comer, con una hachita y una habilidad increíble la abren cual banano y queda un cilindro de arroz que se come con sal gruesa mezclada con maní molido. Una delicia.

El día estaba igual de nublado al anterior así que tan pronto salimos y empezó la lluvia paramos a comprar un impermeable al costado del camino. Las tienditas venden de todo lo imaginable. Tienen como una cama sobre la cual se amontonan los distintos productos que venden y entre todas las curiosidades no faltan los impermeables en todas las tallas…

Ya mas equipados retomamos el camino.

No dejo de arrepentirme de no haber traído mi propio casco. El que me dieron me aprieta la cabeza y por momentos no lo aguanto. Pero no hay de otra. Ya es tarde. Sin embargo, es una buena conclusión que un casco incomodo es como un zapato chico Se vuelve insoportable y es una verdadera jartera. El otro tema que subestimamos es el frío y la lluvia. No traemos sino la ropa de moto que se volvió nada con la lluvia y el barro y a las botas se les entra el agua…fritos.

Me habían advertido que en invierno hay días muy fríos y algunas veces neblina…pero no nos imaginamos que tanta. No se veía a un metro, íbamos pegados a la rueda trasera de Pink y adivinando el camino. Por fin bajando un poco de altura la niebla fue desapareciendo y vimos el cielo azul después de muchos días. Paramos a reponernos en una aldea llamada Ho Mong, donde están en plenos festejos de fin de año. La fiesta dura un mes y comienza el 4 de enero. Nuestra moto es de las mas grandes que se ven en Vietnam y la gente la admira, pregunta el precio cual BMW 1200GS en nuestras tierras…

El camino que estamos haciendo fue construido por los vietnamitas a mano, es decir sin maquinaria y hay un gran monumento en honor de los trabajadores que lo hicieron. Paramos a almorzar y un par de niñitos nos saludaron en ingles y  trajeron su libro de estudio. Así que practicaron un poco con nosotros. La gente es afectuosa en todas partes y los niños por supuesto con su natural frescura mas aun.

La cámara del casco no aguantó los movimientos y se cayó con tan mala suerte que se partió el lente exterior. El interior quedo bien y la cámara funcionando. Al menos quedo grabado el registro de la caída.

Llegamos a Son La, un pueblo famoso por la prisión que construyeron allí los franceses.

Según nos cuenta Pink, hay prisiones por todo Vietnam, construidas por los Franceses o Americanos .El recuerdo  horroroso de una historia de guerras, persecución política y colonialismo.

El hotel es tenaz. Sucio, descuidado. Pero no hay mas opciones en este pueblo que aunque es una parada casi obligatoria en la ruta a Sapa o Dien Bien Phu no tiene la mas minima infraestructura. Todo es de un mugriento que no se puede creer. A pesar de eso la habitación esta bien y tiene un cable que descuelga de alguna parte con Internet. Increíble. El cable esta vuelto mierda. Pero funciona!! El hotel según nos cuenta Pink es del gobierno. Es difícil explicar en que consiste lo desagradable, porque no se trata de que sea pobre, es que es sucio, descuidado, destruido. La mitad de las cosas parecen en ruinas o abandonadas. El interruptor de la luz da asco tocarlo,  así que la prendemos con el codo…

Tiene un comedor en el que es imposible comer algo pero le echamos el diente a unos noodles fritos y un spring roll grasiento.


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