La Macarena y sus Caños

Reportaje de Gonzalo Bueno

Fotos y Videos: Andrés Mejía, Camilo Rico, Nicolás García, Pablo José Ibarra.

Fotos y Video Dron: @pistaselreto – Andres Mejía

La Serranía de La Macarena, en el sureste de Colombia ha sido siempre, para mi, un lugar mítico. En mis años juveniles tuvimos el privilegio de caminarla durante 8 días, por la parte alta, pegados a la cordillera oriental, en una excursión maravillosa que organizó el Colegio Refous y su director M. Jeangros. Hoy, después de visitar algunos de sus caños, que se encuentran penetrando los llanos orientales, tengo la plena seguridad que nuestro querido guía y profesor no supo nunca de ellos. En caso contrario, éste hubiera sido nuestro destino en esa época.

Nunca volví, pues en las tres o cuatro décadas siguientes fue el territorio mas apreciado por la guerrilla. Es un corredor táctico que viene desde el Caquetá, Florencia, San Vicente del Caguan a La Uribe y San Juan de Arama. Hoy las cosas han cambiado. A pesar de las críticas que recibe y de todos sus problemas, el Proceso de Paz firmado con las FARC le da otro ambiente a esa zona y a muchas otras zonas a lo largo del territorio nacional. Ello motiva a mucha gente a visitarlos. Particularmente, el mundialmente famoso Caño Cristales congrega a miles de turistas nacionales y extranjeros a diario, quienes llegan directamente en avión a la población de La Macarena.

Nosotros, como es nuestra costumbre, queríamos llegar hasta allá en moto. Pero decidimos NO tener como nuestro destino principal el caño famoso, Cristales. Pero entonces… A ver, pues: Ir hasta La Macarena, en moto y no visitar Caño Cristales? Tal como lo oye. Así fue.

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Para comenzar debemos resaltar que la ruta usual o normal de Bogotá a Villavicencio está cerrada por derrumbes, desde hace varios días. Tal parece que se tomarán muchos meses en su despeje y reconstrucción. Esto obliga hoy a hacer un recorrido muy largo, tomar rumbo norte para bajar al oriente por el Sisga (vía Guateque) o mas arriba, por Sogamoso (vía Yopal). Escogimos la primera opción, por el Sisga, motivados también por un poderoso desayuno ofrecido en la finca de Roberto Zuleta cerca de la represa.

En éste punto veo que aún no he hablado de quienes somos ”nosotros”: un grupo de amigos, conformado por 12 pilotos en motos de distintas marcas y cilindradas, que nos unimos con el objetivo de pasear, disfrutar nuestras motos y conocer (o reconocer) uno de esos lugares de nuestra geografía que siempre nos han llamado la atención, en este caso, la región de La Macarena:

Roberto Zuleta Yamaha Teneré 1.200 cc Llantas Heidenau

Nicolás García KTM 1190 CC Llantas Heidenau

Camilo Posada KTM 1190 CC Llantas Heidenau

Mario Sánchez Honda África Twin 1.000 cc Llantas Heidenau

Carlos Cañas Honda África Twin 1.000 cc

Gonzalo Bueno Honda África Twin 1.000 cc Llantas Heidenau

Camilo Rico Husqvarna 701 cc Llantas Heidenau

Felipe Ramírez KTM 690 cc Neumáticos Heidenau

Andrés Vega KTM 690 cc

Arturo Posada Honda XR650L cc Llantas Heidenau

Andrés Mejía Honda XR400 cc

Pablo José Ibarra Honda XRE 300 cc Llantas Heidenau

La Macarena es el nombre que reciben simultáneamente, una serranía, el parque natural que la abarca y un pueblo. Para llegar a la población de La Macarena, por vía terrestre hay 4 rutas posibles:

  1. Por San Vicente del Caguan
  2. Por Mesetas – la selva del Tinigua
  3. Por Vista Hermosa – Yarumales
  4. Por San José del Guaviare.

Averiguando por uno y otro lado, en especial con moteros que ya han ido y con quienes queríamos determinar cual ruta a seguir, nos presentaron y enteraron de una realidad que muy poca gente sabe hoy en día. En particular, dentro del grupo Mario Sanchez y Nicolas Garcia ya habían hecho el recorrido, lo cual nos ayudaba bastante. Todos los caminos tienen diferentes encantos, pero al escoger la opción #3 se visitan dos caños que son igual o mas bellos que el original y famoso Cristales. Estos son, Caño Canoas y Caño Siete Machos.

Caño Canoas

Así pues, el primer día, despues de pasar por la represa del Chivor, hicimos una buena dosis de offroad, de pre calentamiento, tomando la ruta alterna de Santa María a Medina, unos 70 kms destapados, para salir luego a Cumaral, Restrepo y Villavicencio. Seguimos al sur y llegamos en la noche a Vista Hermosa completando 420 kms. en esta primera jornada.

En el segundo día comenzó lo bueno. Todo en destapado, por trochas. Contratamos los servicios de dos guías, Pedro y Fernando, en sus propias motos, pues es una ruta complicada y exigente. Muy recomendables, cuando quieran ir por allá. Uno indicaba el camino a seguir y otro cerraba el grupo ayudando en los percances. Hacia las 2:00 PM almorzamos en Yarumales, donde nos esperaban otros guías locales. Son éstos otros guías adscritos y preparados por parques nacionales, quienes nos llevarían a caminar por Caño Canoas. Es obligatorio contratar con ellos la guianza en las caminatas. Como es de suponer, comprobamos con satisfacción que nuestros amigos moteros tenían MUCHA razón cuando nos aconsejaron esta ruta. Los dos caños son de una belleza indescriptible. Cada uno en su estilo. Ambos tienen aguas muy claras, limpias, frías, que escurren desde el páramo de Sumapaz. En el primero, Canoas, NO encontramos las características plantas de colores (Macarenia Clavíjera) que son el atractivo principal de Cristales y Siete Machos. Pero Canoas compensa ésta carencia con unas cascadas de ensueño. Noten los efectos de las fotos tomadas con el dron de @pistaselreto :

Cuando se llevan varias horas de moto, por unas trochas duras como las que hemos mostrado, muy embarradas en realidad, con lluvia en la mañana y un calor húmedo de 38C a la sombra, no se tiene la mejor disposición para caminar por la selva, remontando un caño. En primer lugar, hay que deshacerse de tanta parafernalia que cargamos los moteros. Botas, casco, guantes, rodilleras, pecheras, coderas, etc. El mismo pantalón con sus protecciones es muy incómodo para caminar. Sin embargo, nos dejamos llevar dócilmente y el resultado es alucinante.

Uno olvida con facilidad los golpes que se ha dado en las diferentes y múltiples caídas, que normalmente no son graves. Son resbalones a baja velocidad que, en general, intentamos justificar para ocultar nuestras propias falencias de manejo. Es cuestión de no dejar golpear también el ego… Pero realmente si intervienen el cansancio, el barro/greda pegados en las llantas y el gran peso de las motos que vienen muy cargadas con todo: lo normal de mudas de ropa, herramientas para cualquier eventualidad, pinchazos, equipo básico de emergencia por si tenemos que pernoctar en el camino que comprende lo básico, algo de comida y líquidos, hamaca, mosquitero, etc.

Sin embargo, en ésta oportunidad, al mediar el segundo día de aventura, antes de Canoas, en esas caídas “bobas” uno de nuestros compañeros, Camilo Posada, terminó con esguince en tobillo y una fractura de peroné. No es fácil coordinar, en la mitad de la nada, que hacer en éstos casos, pero con mucha suerte todo se resolvió fácilmente. Pasó en ese momento el UNICO vehículo que presta servicio colectivo entre Vista Hermosa y La Macarena, subió al piloto y bajó uno de los pasajeros a manejar la moto del guía (pequeña) y éste guía, el amigo Pedro, pasó con una sonrisa pícara y feliz a manejar la moto grande del piloto accidentado. La combinación de los astros y circunstancias hace que siempre haya solución con los líos de moteros varados y caídos!!

Después de la caminata, aún con la boca abierta y escurriendo babas por el impacto que produce esta belleza natural, volvimos a las motos otro par de horas para llegar a una Eco-Finca-Hospedaje ya de noche donde pernoctamos. Comida de campo excelente, un par de aguardientes y el merecido descanso después de la dura jornada. Para hacer el ambiente mas agreste y natural, por un corto se fue la luz desde muy temprano en la noche. Quedamos desconectados, sin poder recargar celulares ni para fotos.

Para el tercer dia, la idea fue madrugar, ir en las motos hasta la entrada del Caño Siete Machos y caminarlo durante toda la mañana. Así lo hicimos y sin haber acabado de digerir la experiencia del día anterior, este otro espectacular entorno comenzó a deslumbrarnos. Como les decía antes, son muy diferentes atractivos. En éste no encontramos las cascadas gigantescas, pero en cambio, nos deslumbró ofreciendo un tapete enorme de colores. La textura principal es en tonos de rojos.

Pero en ciertos lugares sombreados son de un verde intenso que se combinan con las arenas amarillas y las piedras… Es difícil describir tanta belleza que impresiona gratamente la vista. En mi caso particular, yo había visitado Caño Cristales un par de meses atrás como turista clásico, en avión y paquete global incluido. Caminamos Caño Cristales varios días y volvimos fascinados de sus encantos.

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Pero estos dos caños, cercanos y vecinos, lo superan con creces. Creo que ahora sí, lo he dicho todo. No sé como mas describir esta locura. Que sean entonces las fotos las que me ayuden y les brinden una idea somera de lo que allá existe. (Imágenes y palabras siempre se quedan cortas).

El camino rojo del Caño Siete Machos cortando la selva

Tal vez, debo complementar la historia contando algo sobre la variedad de fauna que nos encontramos. Vimos un caimancito (cachirres), que se bañó con nosotros en las cascadas, micos, saltando por las copas de los árboles, culebras, tortugas, patos y hasta un puma pequeño que se nos atravesó velozmente en el camino.

Y porque no decirlo? Nos trajimos a la capital algunos animales salvajes. Contra todas las disposiciones ambientalistas cada uno de nosotros trajo un centenar de “coloraditos”; bichos desesperantes, una especie de ácaros, parientes diminutos de las garrapatas, que se pegan al cuerpo en los descansos cuando uno se sienta en pastos o a la orilla del agua. No se sienten inicialmente, pero al rato forman unas ronchas enormes que rascan mucho…

En la tarde de este tercer día continuamos la travesía hasta el pueblo, La Macarena. Ya Camilo había tomado un avión para Bogotá. Hicimos un balance y concluimos que los mas viejitos estábamos muy pasados de punto. Arturo con una rodilla inflamada, Andrés Vega con los tobillos torcidos caminaba con dificultad, yo personalmente me sentía muy cansado aunque los golpes no me dejaron mas que uno que otro morado. Carlos Cañas tenía problemas en pantorrillas, mataduras producidas por sus botas de enduro, que junto a las mías pasaron a mejor vida en La Macarena. Roberto Zuleta venía con problemas mecánicos, cuidando su moto de fugas de aceite en los amortiguadores delanteros. Y no es que los jóvenes no se hubieran caído y se hubieran golpeado. TODOS aterrizamos en el barro una y otra vez. Afortunadamente, ellos gozan de mejor estado físico, sin problemas serios, para ningún otro piloto, ni para las motos.

Para el día siguiente, el cuarto de la travesía, teníamos programado el retorno por la Selva del Tinigua. Una trocha también complicada y bastante húmeda, inundada. Con pasos de ríos en diferentes modalidades

Planchón rústico impulsado a mano, halando la cuerda

En canoa, simplemente

Ferry del Rio Guayabero abajo

Paso Rio Guayabero arriba

Optamos entonces por separarnos en dos grupos. Básicamente dejamos que la juventud siguiera aventurando en trochas. Ellos salieron por la selva mencionada a La Uribe, Mesetas y fueron a Villavicencio. Nosotros, los de la tercera edad, optamos por devolvernos por una ruta mucho mas larga, pero menos dificultosa, por San Vicente del Caguán y Florencia. Por éste lado, sin embargo, fueron inicialmente 172 kms de carretera destapada, suma no despreciable, desde La Macarena a San Vicente, antes de llegar al asfalto. Ese mismo día continuamos hasta Garzón, Huila. Hotel de paso y buen descanso.

El quinto día ya era de rutina para llegar a casa. Ellos por el norte de nuevo, Guateque-El Sisga y nosotros desde el sur por Neiva a Bogotá. Sin embargo, como todo esfuerzo tiene su merecido descanso, Arturo y yo alargamos un día mas el retorno y nos quedamos en Peñalisa, Girardot, descansando en casa de Mauricio Angulo: Viajero del Sur de corazón, porque está sin moto. Completamos 1.520 kms de total sabrosura….

Coletilla: CAÑO CRISTALES

Este lugar es indudablemente uno de nuestros tesoros naturales mas valiosos que debemos cuidar y preservar. Sabíamos que por ser tan visitado tiene una serie de inconvenientes naturales, tan ”naturales” como él mismo: Es un PNN, Parque Nacional Natural, la entrada está limitada a un cierto número de turistas por día, la tarifa de ingreso es costosa para el colombiano común, porque para cuidarlo cobran, en un solo paquete, un impuesto para el poblado, entrada al parque como tal, para Cormacarena, servicios de los operadores turísticos que arman los paquetes (es obligatorio tramitar todo con uno de ellos), servicio de guías locales que lo acompañarán en el recorrido a pié, cuidando que los turistas se comporten bien con relación a las basuras y la conservación del lugar y finalmente, es necesario usar un transporte de lancha por el Rio Guayabero arriba, que lo acerca al punto de ingreso al parque, para desde ahí hacer uso de un servicio de camionetas o camperos colectivos que lo introducen varios kilómetros en el mismo, con el fin de que las caminatas que siguen sean mas cortas. Y todo esto claramente va sumando.

Si quiere una experiencia inolvidable y única en Cristales contacte a los mejores:

http://www.lamanigualodge.com/

En los otros dos, Canoas y Siete Machos, los costos se reducen un poco, pero hay que llegar hasta ellos!!


2 respuestas a “La Macarena y sus Caños

  1. DEL CARAJOOO! Que berraquera de paseo Gonzalo! Envidia de la buena. No veía el momento de leer tus aventuras. Definitivamente lo ideal eran motos pequeñas, para mi la ideal es la Suzuki 350 DR (lástima ya descontinuada) o de similar cc. Un abrazo y a seguir disfrutando nuestro país.

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