Diciembre 22, Uyuni + Salar

Reportaje de Esteban Sosnitsky

Advertencia!!!! Este es un post larguísimo, pero este blog es diario tambien. Queremos recordar casi todo detalle y en este día pasaron muchísimas cosas! Así que lease con precaución.

Empezamos el dia descansados. El desayuno estuvo increible, muy completo para el medio de la nada donde nos encontrabamos. En recepcion un joven nos cotiza las excursiones al salar, se ve que el hotel esta operado por una misma familia y todos comprometidos con el bienestar del huesped lo tratan a uno muy bien. http://www.lunasaladahotel.com.bo/

Un poco costoso el tour, julio decide hablar con la persona que nos trajo el dia de ayer, ellos parece ofrecen algo mejor. Eugenia hace buen precio y nos queda de recoger al rato. La espera se hace larga y nos explican que en la zona solo hay una estacion de servicio y las land cruiser tanquean todas a esa hora antes de salir, cargando ademas sus vidones. Despues nos enteramos que el esposo de Eugenia, quien maneja el vehiculo, mientras ataba una pipeta y un vidon en el techo de la land cruiser, se cayo y se golpeo la cara. Esta en el hospital en observación con una contusion, esto nos cuenta el chofer de reemplazo que llego bastante tarde. Adicionalmente nos dice que nos va a llevar primero a un sitio donde venden artesanias en vez de arrancar de una para el salar. Se aplaza y se aplaza la conocida del salar. Lo vemos desde el desayuno a lo lejos, una franja blanca que resplandece. La luz es muy fuerte como su reflejo. El ambiente es super seco. Se siente uno respirando sal todo el tiempo y eso que estamos leeeejos. Una vez llegamos a la zona artesanal nos explica que debemos encontrarnos ahi con Eugenia, lo cual nos molesta un poco porque llegamos y no estaba alli. El lugar esta invadido de otros excursionistas de cualquier lugar del mundo que no pueden ocultar las quemadas de sol que los ha dejado rojos como camarones. Esperamos un rato y Eugenia no llego. Obvio, debe estar en el hospital. Ahora si entonces, sin mas preambulos y despues de ver por fuera unos hornos de ladrillos de sal y unas artesanias, arrancamos para el dichoso salar. Primera parada el antiguo hotel de sal. Bajando por Colchani, el mismo pueblo de las artesanias, es que se accede al salar. Hay algunas zonas por las que se puede bajar y otras no, mucha gente que va en vehiculo propio no lo sabe y quedan varados por lo suave del terreno. Nuestro chofer (y digo chofer porque pensabamos que era un guia pero no) sabe bastante de estos caminos. Hoy la misma camioneta no huele tanto a hoja de coca y nuestro amigo no esta mascando nada… aun. Despues de la bajada empezamos a ver que el sustrato por el que vamos esta compuesto por hexagonos adheridos unos a otros de un color carmelito claro. La sal ya nos da la bienvenida. Nos alejamos de la costa de este mar de sal hacia un hotel oasis. Las distancias son enormes. Cada cosa no se ve a simple vista desde un lugar a otro. Las montanias son los puntos cardinales. A unos 90km llegamos al hotel de sal. Un hotel que ya hoy dia no funciona debido a que no contaba con la infraestructura necesaria para deshacerse de los deshechos que generaba. Fue el primer hotel en medio del salar que existio. Hoy en dia es una tienda de artesanias con algunas esculturas de sal, atractivo turistico y servicios higienicos. Afuera algunas astas sostienen banderas de distintos lugares del mundo. Unos argentinos super fantoches cogen la bandera de australia mientras le gritan a sus companeros: Che boludo y si quemamos la bandera de los ingleses? noo mejor me limpio el orrrto! Le responden los otros 3. Finalmente se corrieron y se pudo tomar la foto oficial del sitio mientras jugaban con la bandera australiana pensando que era la de inglaterra. La luz del lugar es absurda. Indescriptible. Viene de todos lados. Es intensa. Es especial. Hay mucho viento, las banderas se mueven incansables. Es una sensacion rara porque se siente uno en medio de agua pero no, es sal. Siguiente parada Inca Huasi, o casa del inca. Isla con forma de pescado a la que llaman tambien isla pescado, segun entendi, porque la forma de la isla, al verse reflejada en la superficie del salar (que a distancia se convierte en un espejo clarisimo) conforma el aspecto de un pescado; y aunque la verdadera inca huasi se encuentra cerca, para evitarse darle un nuevo nombre a esta isla y tener que explicarles a millones de turistas que en realidad inca huasi no es alli, lo dejaron asi. Nuevamente el paseo hasta este punto es largo. La ubicacion se perdio. Las brujulas fallan por la cantidad de metales que se encuentran en el suelo. El chofer nos dice que los GPS tambien se enloquecen alli. La sal pierde ese color carmelito y se va volviendo mas blanca. No ha llovido desde hace rato pero el viento trae tierra consigo lo que va ensuciando la sal. Sin embargo al alejarnos asi de la costa la sal va cambiando de color y se va blanqueando aumentando su pureza. En nuestra land Cruiser, en el asiento trasero, va sin inmutar palabra una chica muy sonriente. Pensabamos ingenuamente que ella iba a ser nuestra guia pero hablaba mas un mudo. No entendiamos bien que hacia ella ahi ni nos iba a dar alguna sopresa o si iba a algun pueblo y aprovechaban el transporte para ir a algun lado. No molestaba, pero nos daba curiosidad. Efectivamente, al llegar a Inca Huasi, debiamos almorzar y conocer el lugar. Pensaba que habria algun restaurante pero solo una cafeteria con sánduches y gaseosas recibia a los deshidratados turistas. En la parte de atras de la land Cruiser, Sandra, nuestra compañera silenciosa preparaba el almuerzo. Chuletas con Quinoa, ensalada y fruta. En el tiempo que nos tomaria conocer inca huasi ella nos haria el almuerzo. Sensacional. Arrancamos pues la caminata a pleno sol a las 2pm. Terrible pero hermoso. Un oasis donde cactus milenarios descansan esperando nuevos turistas y reciben poca agua durante el año. El paisaje es surrealista, digno de un cuadro raro. Una montaña tupida en cactus resalta sobre un mar plano de color blanco resplandeciente y a lo lejos se divisa un volcan. Absurdo! Pero henos alli. Recorrimos la isla, tomamos algunas fotos, y volvimos a almorzar un poco insolados. Antes nos echamos agua en la cabeza y nos refrescamos. Andrea estaba medio en shock de calor, se ve que le dio bien duro el tema insolacion. El amuerzo estaba delicioso. Bajo un techito improvisado la comida hecha en el momento estuvo deliciosa, lo cual ha sido una sorpresa aqui en Bolivia, excepto lo de Oruro hemos comido muy bien. Los argentinos desnudos se tomaban fotos en el salar. Nosotros a un costado hicimos lo propio pero con ropa. Seguimos camino hacia Galaxias después de la sesion fotografica. Sin embargo veiamos que nadie se dirigia en esa direccion, solo nosotros. Mirando derecho, un frente gris amenazante pronosticaba una lluvia atroz. Nos explica el guia que no ha llovido en mucho tiempo por esas zonas. Y que para esta altura de diciembre, ya deberia de estar inundado el salar por lo menos 20 cm. Sin embargo no hay agua. A la tercera lluvia sobre el salar ya no se puede visitar porque deshace los vehiculos. Esa que se asoma es la primera lluvia. El sustrato seco por el que veniamos se pone un poco agreste al levantarse los bordes de los hexagonos de sal. Y al rato se divisa sobre los mismos un reflejo del cielo muy claro. Al cabo de unos km tenemos unos 5cm de agua que recubren el salar. Se ve aun mas chevere que antes.. Increible. Parece un efecto de photoshop, cielo arriba y abajo.. borde de montañas. El chofer nos cuenta que cuando se inunda hay zonas que se ablandan por los ojos del salar y se puede uno hundir con camioneta y todo y no salir en 3 o 4 dias. Que super plan! Y nosotros yendo directo al ojo del huracán. Le pregunto si mas bien nos devolvemos y me nota preocupado, soy el unico del grupo obviamente al que esto le concierne. El tipo dice que no, que intentemos llegar porque es parte del tour. Le explico que pasar 3 noches en el salar no es parte del tour y que volvamos frescos. Se burlan de mi pasajeros y chofer. Le damos un poco mas hasta que el tipo comienza a zig zaguear un poco y nos confiesa que le habia preguntado a otros choferes en inca huasi como estaba el camino y le habian dicho que estaba todo bien. Obviamente le estaban mamando gallo y empezamos a retornar. Ahi me tranquilice un poco, al chofer le parecia divertido ir sin radio, sin celular, sin gps, sin nada a perdernos en uno de los 14mil km  que tiene este salar. Yo por supuesto llevaba el SPOT, a mi no me dejan ahi botado 4 dias sin comer!! Dijo entonces que nos dirigiriamos entonces hacia el lecho del volcan Tunupa, donde hay una villa abandonada, en donde hay un museo. El museo de Don Santos. Don Santos es un tipo que vive en aquella villa desde hace unos años, evangelico, que se soño un dia que tenia que volver a donde nacio asi que decidio irse a vivir ahi. Abrio un museo donde tiene algunas cosas actuales, incaicas y pre incas que si llega algun turista holandes con muchos euros le termina vendiendo alguna cosa, como cuando nos mostro la sombra de donde solia haber una cocineta antigua que le compro un turista en la mañana. No sabemos ni el creo, si lo que tiene es un anticuario o un museo. Vasijas antiquisimas reposan bajo el inclemente sol de la zona sin ningún tipo de proteccion, esto es Bolivia, no peru. Tambien tiene una seccion de animales disecados……. Por él. Taxidermia empírica nos deja apreciar pumas, gatos, liebres, flamingos, llamas, ovejas, aves, en fin.

Dice que todo lo ha encontrado por ahi en la zona que de seguro era resguardo de antiguas civilizaciones. Frente al museo tiene otro museo ecológico, lo llama él. Tiene una colección de piedras zoomorfas a las que les opne ojos y hace chistes. Depronto nos dice que ahi tambien tiene una momia en una huaca. Efectivamente, bajando por entre las rocas con forma de flamingos y llamas hay una pequeña caverna y se divisa unas vasijas y una momia en posición fetal!!! Y nosotros le decimos, pero como asi?? Y el responde: Tranquilos! Yo cuando me voy de viaje le cierro esta puerta de hierro y le pongo un candadito para que no le pase nada. Y nos muestra la puerta como parte del museo. No se sabe mucho de la momia. Pero de la huaca seguro ha sacado mucho de lo que expone en el otro museo donde hay flechas, herramientas y morteros. El cruce de sentimientos entre lastima y ternura nos invade. Se le ha olvidado cobrarnos y se alegra con nuestra presencia. La que mas feliz estuvo fue Sandra, que aprovecho a tomarse la foto en la piedra “marco” del museo con una sonrisa de oreja a oreja. Partimos de donde don santos hacia el hotel ya cayendo la tarde. Se veia a lo lejos una pared blanca, parecida a la amarilla que nos toco en Perú, efectivamente el viento blanco se viene encima. Viento alevoso, como el sonda, que trae consigo la sal en polvo. La luz se vuelve aun mas surrealista, mientras navegamos por este mar duro de sal, con tormenta de sal a la derecha, volcan a la izquierda, lluvia atras y Uyuni delante. Desolacion total. No vimos ninguna otra movilidad desde inca huasi, lo cual hizo de la experiencia algo mas rara y unica a la vez. Por un lado tener todo eso para nosotros, vivirlo de manera menos turistica digamos y a su vez el riesgo latente que cualquier cosa que pasa uno esta solo ahi. Sanos y salvos llegamos con la caida de la noche al hotel de sal, donde nos recibia una excelente comida. Una sopa casera para el frio, el seco y a descansar.

En conclusión, la experiencia del salar, al igual que la de macchu picchu, esta enmarcada por lo que significa el llegar alli de la forma en que lo hicimos. Llegar alli en avion y 4×4 no es lo mismo que tener que haber cruzado el Titicaca en chalupa, que haber luchado contra el viento a 4000 msnm, que conocer las ciudades intermedias como Oruro, o subir al tren 8 horas yendo a paso lento. El cansancio y las experiencias previas hacen que uno valore y aprecie otras cosas mas que el llegar. La ida es casi tan importante como la llegada. A manera muy personal, para mi, los objetivos turisticos que visitamos pasan a un segundo plano totalmente con el dia a dia de lo que significa llegar. Lo rico de viajar asi, no es llegar. Es todo por lo que uno afronta yendo. El salar es impresionante, su energia es imponente, es realmente surrealista y hermoso, pero para mi haber llegado ahi habiendo salido de la rampa del departamento en bogota, hace que todo sepa diferente. Se me pone la vida en perspectiva.

Que dia!!!!


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