Desde la planeación del viaje tenía mucha expectativa de pasear en moto por las hermosas calles de San Francisco, sin embargo el destino tenia otros planes. La moto seguía molestando, dia 3 de la aventura y la única sensacion de aventura era la duda de cuándo la moto iba a sacar la mano. Despues de una de esas subidas típicas de San Francisco la moto se apagó y ahi decidí que lo mejor era que la revisaran en un taller. Después de numerosas llamadas el único sitio que aceptó echarle el ojo antes de Agosto fué este: http://www.werkstattsf.com/ donde Jennifer (una europea de 2 metros de alto) me dijo que la llevara a ver si le podía encontrar algo. No le encontró nada después de 3 horas y desistió. Sin embargo me recomendó con este otro: http://www.powersportsvallejo.com/ No solo eso, llamó para ver si nos podían atender, le explicó en un mejor idioma técnico que el mío al colega lo que estaba pasando y del otro lado del telefono aceptaron. Jennifer nos recomienda tomar la vía al norte pasando por “baleio”, no le entendí donde era el tal pueblo “baleio” asi que despues de mostrarme en un mapa lo encontramos: Vallejo. Pronunciado “baleio” por los nuevos habitantes de estas tierras. En Baleio nos atendieron del carajo, llegamos mas temprano de lo acordado, y en menos de lo que me demoré en quitarme el casco ya la habían arreglado. Cuál fué el problema? Según el especialista de Baleio, el problema radica en que la moto sale de fábrica mal calibrada en cuanto a la mezcla de gasolina y aire se refiere. Había que conectarle un computadorsito y hacer una secuencia de comandos para variar la proporción de la mezcla y con eso asunto solucionado. La moto ya no jodió mas por este tema. Este tema me molestó bastante, habia comprado una moto nueva para no tener este tipo de problemas. Sin embargo las máquinas fallan y hay que seguir adelante, no hay que dejarse bajonear. El otro tema es retrasar el grupo con el que uno viaja, es una sensación incómoda. La presión del tiempo ya es suficiente como para sumarle que algo así falle. Por suerte hubo mucha comprensión y la cosa finalmente se solucionó.
Ahora sí a disfrutar.
Viajeros del Sur 