Despues de dejar a la hija en su vuelo a Canadá, salimos al último punto de interés del viaje: el famoso Cañón del río Colorado. Tal vez por mantener la esperanza de hacer un viaje mas placentero, sumado a todas las imágenes, videos, películas y documentales del cañón, creíamos que ya nos tocaría algo de calor. Pero fue una falsa ilusión. El frío sigue con nosotros y aunque cada vez nos preparamos mas y mas (esto quiere decir que llegamos a ponernos hasta 6 prendas en el pecho, por ejemplo), no deja de sentirse frío fuertemente.
Al Grand Canyon llegamos pensando hacer un corto recorrido en moto. Pero una vez averiguamos como es el asunto, nos dimos cuenta que, para verlo en su real magnitud, lo mejor es hacer el sobre vuelo en helicóptero. Y así lo conseguimos hacer…
Describirles lo que se siente al apreciar esta maravilla de la naturaleza desde el aire es imposible. Debo dejarles esto a su imaginación, con la ayuda de algunas de las fotos del vuelo.
Lo mas curioso fue encontrar que allá hay tambien mucha nieve en todo el costado norte, cuando uno lo imaginaba caluroso y desértico.




http://www.youtube.com/watch?v=IKzWtGtTYd8
Esa noche dormimos en un pequeño pueblo llamado Flagstaff. El mejor hotel, ó por lo menos el mas vistoso, nos costó US $ 62 a los tres, con un bonus adicional: cada 15 minutos pasa un tren pitando, que se demora mas o menos 10 minutos pasando sus 100 vagones !! Este si era un real pulguero. Comparado con el de Panamá, aquel resultaría un resort de lujo.
Para completar, amaneció nevando… Nada fuerte la nevada, afortunadamente, pero lo suficiente como para no pasar desapercibida. Así salimos a la mas dura de las etapas que nos quedan hasta Miami, buscando completar al menos 950 Kms. En el primer descanso, a los 160 kms, después de desayunar, no conseguimos avanzar mas. Jorge pinchó su llanta trasera de la Vulcan y eso en gringolandia, país del «do yourself» es un camello. El Georges, como dueño novato de su moto, sabía como desmontar la llanta y no sabía si su herramienta de «stock» que viene con la motos serviría para hacer esa tarea. Nosotros, Mauricio y yo, menos, pues la nave lleva dos exhostos contra la tuerca del eje que hace muy dificil la operación. A punta de espumas para pinchazos de emergencia, nos devolvimos al pueblo que acabábamos de dejar, a buscar el mecánico de motos acreditado que le jalara a este asunto. Sobra decir que en las bombas generalmente no hay montallantas, como los nuestros y en el almacen de llantas y neumáticos que encontramos no le jalaban a trabajar con motos. Finalmente nos recomendaron éste personaje, 

que aunque atiende en un local compartido con una talabartería y arreglo de zapatos y botas nos sacó del lío despues de 4 horas y US$110. (Es la cifra mas alta que he visto pagar por una despinchada). El tipo es un harlista viejo y curtido, de mal genio. Para completar, el neumático con sus parches decidió no funcionar (seguía pinchado), despues de re-montar la llanta.

Tenemos ahora problemas para llegar a New Orleans el 12 de abril, donde la futura señora de Jorge, Kerlly, llegará y nos acompañará hasta Miami. Cuando estuvo lista la llanta, rodamos con la idea de completar la etapa, pero a las 7:00 PM comenzo de nuevo a nevar suavemente, pero moja en forma, enfría como un diablo y es peligroso. Decidimos parar y mañana y pasado intentaremos recuperar el tiempo perdido en esta pinchada.